El barco en auxilio de Allen Gardiner llega tarde a rescatarlo
EL 6 DE ENERO DE 1852

El barco en auxilio de Allen Gardiner llega tarde a rescatarlo

06/01/2020
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ste día, el buque ‘Dido’ llega al canal de Beagle llevando provisiones para el grupo misionero encabezado por Allen Gardiner. Los ingleses desconocían el drama que habían vivido los anglicanos, que, varios meses atrás, habían sucumbido al hambre y el frío.
El capitán Allen Gardiner, ex-oficial de la marina real inglesa, había partido de Liverpool en septiembre de 1850. La South American Missionary Society le había encomendado fundar “una misión en las costas más australes de la América del Sur, para catequizar a los indígenas, y lo acompañaban un misionero, un médico y cuatro ayudantes” (Roberto J. Payró. La Australia Argentina).
Dos meses después, desembarcaron en Banner Cove, isla Picton, con provisiones para un semestre, dos balleneras y dos botes pequeños, además de armas y municiones.
Ante el hostigamiento yámana, “Gardiner resolvió abandonar la isla, para ir a establecerse con sus compañeros en lugares más hospitalarios. Tomó sus barquichuelos, embarcó en ellos los pocos víveres que le quedaban” y se marchó hacia bahía Aguirre.
En previsión de que algún buque transite por el lugar, en un sitio visible escribió sobre una roca: “Cave usted abajo. Voy al Puerto de los Españoles. Marzo de 1851”. Allí había enterrado un texto explicativo de su situación: “Si usted marcha por la playa, milla y media, nos encontrará en el otro bote amarrado en la boca del río, en el extremo de la bahía, lado sur. No tarde, porque nos estamos muriendo de hambre”.
“Desgraciadamente este pedido desgarrador de auxilio iba a escucharse demasiado tarde. La muerte más horrible aguardaba a los infortunados y valerosos misioneros...”
Guiados por la inscripción y por el rumbo que señalaba el texto enterrado, “los tripulantes de la ‘Dido’ fueron en busca de los cadáveres, pues no otra cosa esperaban encontrar. Lo primero que encontraron en el Puerto de los Españoles fueron los cuerpos insepultos del capitán Allen Gardiner y del misionero Maidment. Más lejos, en la boca del río, estaban los cuerpos del médico Williams y del pescador John Pearce... El hambre había dado trágico fin a la primera tentativa de civilizar a los fueguinos...”
En 1853, la South American Missionary Society “mandó construir una goleta de cien toneladas, propia para la navegación de las costas del sur, y la bautizó con el nombre del intrépido y abnegado capitán” (op.cit.).

Autor : Bernardo Veksler
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