Braun acepta exigencia gremial de bajar los precios y los fletes
EL 22 DE ENERO DE 1919

Braun acepta exigencia gremial de bajar los precios y los fletes

22/01/2020
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ste día, «mandatado por los ejecutivos, Corfitz Andersen, el siempre fiel administrador de Braun y Blanchard, en su oficina rubrica el documento con el compromiso de la firma comercial. En él declara que bajará los precios y los fletes» (Ramón Arriagada. La rebelión de los tirapiedras. Puerto Natales 1919).
Mientras la huelga general seguía con fuerza, en la víspera, habían comenzado las tratativas, los sindicalistas se reunieron con « los dueños de las carnicerías y los propietarios de pensiones y hoteles. Había que actuar rápido para eliminar todas las fuentes de conflicto ». A la tarde, los delegados empresarios no se hicieron presentes y el mediador militar «les manifestó a los dirigentes (gremiales) no estar de acuerdo de lo perentorio en los plazos para cumplir con sus peticiones».
Las reuniones se prolongaron, hasta pasar, al anochecer, a un cuarto intermedio para el día siguiente.
No obstante, la postergación de las definiciones generó una gran intranquilidad entre las filas obreras.  Para demostrar su fuerza movilizada, la dirigencia «exige ir con todos los directivos de la federación (Obrera Magallánica) y una masa de operarios (…) todos ellos iban armados, los que no llevaban armas portaban un garrote». El representante militar «planteó su deseo de normalizar el regreso al trabajo, no dudaba de la aceptación de Braun y Blanchard de lo solicitado».
Mientras procedía a la firma del acta de disminución de los precios y servicios, Andersen confesó, tiempo después, que «con el grado de exaltación que había la gente iba a quemar el pueblo, por lo que decidí ir a Punta Arenas a hablar con el gobernador».
Incluso, «el sacerdote salesiano Víctor Durandó, por entonces Vicario Apostólico de Magallanes,» se vio afectado por el malestar de los manifestantes. Cuando se detuvo «frente al Hotel Royal (…) Observaron que en la vereda del frente había una gran cantidad de obreros (…) Del grupo se adelantó un individuo (…) quien disparó un revólver ‘no sé si sobre mí o al aire, además recibí un golpe de palo, sintiendo efecto de ello en un dedo. Mi estado de ánimo no me permitió conocer a quienes me agredían…’ (…) – ingresó al hotel y se ocultó-. Momentos después la gente, situada al frente del establecimiento pedía la salida del cura, amenazando con incendiar el establecimiento». Durandó logró escapar por el fondo del hotel (op.cit.).

Autor : Bernardo Veksler
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