Martial parte de Ushuaia para continuar explorando el Beagle
EL 28 DE ENERO DE 1883

Martial parte de Ushuaia para continuar explorando el Beagle

28/01/2020
E

ste día, la embarcación ‘Romanche’ de la ‘Misión al Cabo de Hornos’, comandada por Louis–Ferdinand Martial, parte de Ushuaia con el fin de continuar con la exploración de los canales fueguinos.
Durante su breve estadía en la Misión Anglicana, Thomas Bridges le “obsequió algunos objetos de colección importantes, principalmente osamentas humanas, que los indígenas le traían, según me decía sin dificultad alguna (…) Me hizo ver dos de los fueguinos que han viajado recientemente por las principales capitales de Europa y que han estado durante algún tiempo en el Jardín de Aclimatación de París. Estos infelices habían sido tomados en la isla Clarence por una especie de empresario alemán (…) en número de once entre hombres, mujeres y niños; los más sucumbieron en Europa y ahora no quedan más que dos, un joven y una niñita (…) El joven no parece haber conservado más que confusos recuerdos de su viaje (…) pero, (…) es difícil averiguar lo que piensan estas gentes astutas y desconfiadas” (Louis–Ferdinand Martial. Misión al Cabo de Hornos).  
Desde Ushuaia, el canal Beagle “se extiende por unas 16 millas en la dirección OSO, doblándose enseguida hacia el oeste hasta la Punta Divide, donde termina en dos brazos, el del NO y el del SO. Cuando se ha rebasado el grupo de islas que casi cierra el canal en esta parte (…), ya no se encuentra ningún sargazo en toda esta parte del canal, si se exceptúan los que crecen en proximidades de los islotes rocosos que hay cerca de la costa”.
Al llegar a Lapataia, deciden pernoctar en el lugar, aprovechando los reparos de la bahía ofrecidos por el cerco de “altas montañas con bosques en su parte inferior”. El día siguiente, “recibimos la visita de los habitantes del lugar, embarcados en dos piraguas. Están vestidos, como todos los de la parte oriental del canal, cultivan algunas pequeñas huertas y saben algunas palabras de inglés”.
La siguiente escala fue en “la hermosa playa de arena blanca de Yendegaia” rodeada de elevadas montañas, “una sucesión de altas pirámides de unos 1.300 metros de altura y de formas muy regulares”.
 “Cerca del fondeadero se ve una reducida población formada por media docena de chozas y algunos huertecitos donde crecen papas y nabos, que los indígenas vinieron a cambiarnos por galletas y trajes viejos. Estos seres parecen mansos e inofensivos…” (op.cit.).

Autor : Bernardo Veksler
Etiquetas
Cuál es tu opinión sobre la nota?
  • Me interesó
    89%
    8 votos
  • No me interesó
    11%
    1 voto