nvestigadores de la NASA descubrieron vida animal bajo el hielo de la Antártida. “El equipo científico quedó sorprendido al ver las primeras imágenes transmitidas por una videocámara en las aguas de la parte inferior de una gruesa capa de hielo (...) una curiosa criatura semejante a un camarón pasó nadando frente a la cámara y luego se posó en un cable. Los científicos también observaron un tentáculo que, a su juicio, pertenecía a una medusa de unos 30 centímetros de largo” (Agencia Associated Press, 16/3/2010).
Los investigadores comenzaron a considerar la existencia de vida compleja debajo de las capas de hielo polar, al asombrarse con la presencia de estos seres y dejando atrás las viejas convicciones de que sólo algunos microbios eran las únicas formas de vida que podrían vivir a decenas de metros por debajo del hielo y a donde no llega la luz. "Efectuábamos nuestras observaciones con la suposición de que no habría nada ahí", señaló el investigador de hielos de la NASA, Robert Bindschadler, visiblemente entusiasmado ante la constatación de la presencia de esa criatura de color naranja, de 7,5 centímetros de largo, durante dos minutos en el video.
Unos días después, Bindschadler presentó los hallazgos ante un foro de la Unión Geofísica de Estados Unidos, haciendo hincapié en las asombrosas formas de adaptación que puede alcanzar la vida.
El descubrimiento de criaturas bajo el hielo de la Antártida puede alentar a los expertos a reformular sus conocimientos en torno a la vida en ambientes extremos y reflexionar sobre la posibilidad de que haya vida en lugares inhóspitos del universo como Europa, el satélite congelado de Júpiter.
Nueve años después se obtuvo otra confirmación de la existencia de vida en condiciones extremas. La Expedición Antártica a bordo del barco de investigación de Nueva Zelanda, el ‘RV Tangaroa’ capturó una criatura de aspecto gomoso y aparentemente inofensivo. Los investigadores descubrieron a la criatura a 3.500 metros bajo la superficie.
Kareen Schnabel encontró el curioso espécimen. La bióloga marina del National Institute of Water and Atmospheric Research de Nueva Zelanda, comentó que el espécimen “tiene algo bastante interesante en el frente como un hipopótamo. No sabemos cuántos hay allí abajo, tampoco qué común que es esto, pero nunca había visto algo así antes” (Daily Express. Londres, 9/20/19)
