Tiene compañía luego de 150 días de soledad en Antártida
EL 11 DE AGOSTO DE 1935

Tiene compañía luego de 150 días de soledad en Antártida

11/08/2021
A

la medianoche del 11 de agosto, los trineos y tractores llegaron en un incendio de reflectores y un estruendo de motores. (El almirante Richard) Byrd los saludó con una oferta de sopa, luego se derrumbó al pie de su escalera. Más tarde afirmó que el calvario lo había dominado y que "un hombre no comienza a alcanzar la sabiduría hasta que reconoce que ya no es indispensable" (Dennis Overbye. The New York Times, 5/5/2020).
El encuentro fue la primera presencia humana que tuvo Byrd desde el comienzo del invierno. Su reducto se encontraba a 286 kilómetros de distancia de la base más cercana, separado por las peligrosas grietas de la Plataforma de Hielo de Ross.
En los primeros días, Byrd “se consoló en su rutina de observaciones meteorológicas y en reorganizar constantemente sus suministros. Pero un mes después, se dio cuenta de que estaba siendo envenenado por los humos de su estufa de aceite”.
Su cabaña quedó enterrada en la nieve. La única salida al exterior era a través de una escotilla en el techo, una puerta interior lo conectaba a túneles en la nieve donde almacenaba sus provisiones.
Debilitado por el monóxido de carbono, vomitaba la mayor parte de su comida. En un momento dado, Byrd estimó que había perdido 27 kilos. “Todos los días tenía que decidir: o hacer funcionar la estufa para mantenerse caliente, y posiblemente asfixiarse debido a los humos, o respirar con seguridad y arriesgarse a congelarse”.
Luego, el generador eléctrico se rompió y le impidió utilizar su radio para comunicarse. Sólo contaba con un telégrafo.
"El lado oscuro de la mente del hombre parece ser una especie de antena sintonizada para atrapar pensamientos sombríos desde todas las direcciones", escribió sobre un día particularmente amargo a principios de junio.
Para entonces, sus colegas de la base ‘Little America’ se habían preocupado por él. Byrd les había prohibido intentar cualquier tipo de rescate antes de que la luz del día reapareciera en septiembre, temiendo que se perdieran o tropezaran con una grieta en la oscuridad. Encontraron una excusa para ir en nombre de la ciencia. Byrd aprobó a regañadientes el plan, pero estaba preocupado por sus compañeros. La expedición dos veces intentó partir y tuvo que regresar.
En los días previstos para la llegada, Byrd salió de la choza y disparó bengalas para guiar a sus rescatistas, pero nadie llegó. Hasta que se pudo consumar el reencuentro.

Autor : Bernardo Veksler
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