n estudio, difundido este día, brinda nuevos datos e interpretaciones sobre el origen de la apertura del estrecho de Magallanes, tomando como base los movimientos de las placas tectónicas que interactúan en Tierra del Fuego.
El punto de partida fue realizado sobre datos de campo, el estudio de las líneas sísmicas y la topografía de alta resolución que permitieron constatar la existencia de fallas normales afectando a las distintas “sucesiones neógenas”. Estas fallas estaban controladas por los movimientos tectónicos extensionales que se originaron durante la apertura del océano Atlántico.
La línea sísmica mostró la reactivación extensional de fallas jurásicas que afectaron al subsuelo de Tierra del Fuego.
El trabajo científico se enfocó “en la interacción entre los sistemas de falla y los regímenes tectónicos que han actuado en Tierra del Fuego al norte del límite entre las placas de Scotia y Sudamérica”. Este límite, dado por el contacto entre placas en la línea Magallanes-Fagnano, en su desplazamiento “reactivó una serie de fallas antiguas asociadas al rift jurásico”, que convergían con los movimientos que estaban actuando, produciendo el sistema de Magallanes. Este proceso fue potenciado “por la deriva del continente sudamericano hacia el norte y tiene fuertes implicancias en la historia de separación de Sudamérica y Antártida” (Ghiglione, M.C.; Navarrete-Rodríguez, A.T.; González-Guillot, M. y Bujalesky, G. The opening of the Magellan Strait and its geodynamic implications. Publicado por Terra Nova).
El estudio relaciona los sistemas de fallas principales y sus fallas de transferencia a lo largo del sector oriental del estrecho de Magallanes. “Este proceso habría producido la segmentación de la faja plegada” externa y “la reactivación de sus estructuras durante el Neógeno”.
Los científicos desarrollaron un modelo digital de alta resolución con la superposición de los diferentes sistemas de fallas.
Así, se pudo identificar un desplazamiento seis milímetros por año de la falla Magallanes-Fagnano, que interactúa con un movimiento hacia el norte del campo volcánico de Pali Aike de un milímetro anual.
Ambos desplazamientos están asociados al movimiento hacia el norte de la placa Sudamericana, que la aleja de la placa Antártica. Este proceso se viene desarrollando desde hace 50 millones de años, a un ritmo de 24 milímetros por año.
