ste día, el empresario fueguino y criador de caballos Andres Cox, denuncia que la fundación medioambientalista Yendegaia, vinculada al norteamericano Douglas Tomkins, había firmado un contrato, en julio de 2013, para la “cacería y el retiro de los animales bravíos desde la Estancia Yendegaia”, en la Tierra del Fuego chilena.
En la carta y posterior reportaje, publicado en Chilevisión, Cox denunció el contrato firmado con Miguel Luis Serka Romero, para llevar a cabo la cacería de equinos.
Desde hacía varios meses, Cox estaba planteando la supervivencia de la reserva de caballos en libertad más grande del mundo, ubicada en la cordillera de Darwin.
Tompkins había efectuado la donación de una antigua estancia ganadera de 35 mil hectáreas, denominada Yendegaia, para que sea una reserva ambiental. Este predio se sumó a la cesión de otras 111 mil hectáreas del estado chileno, para conformar el Parque Nacional De Agostini.
En febrero, apareció un grupo de cazadores armados, autorizado para el exterminio de esos caballos salvajes, que habitan la zona desde hacía muchas décadas. La consumación del contrato hizo que el estado chileno tomara “conocimiento de este grave hecho de exterminio que sería ejecutado en dicho predio”.
Cox solicitó “ayuda” para salvaguardar a esos caballos y reclamó que se sensibilice la comunidad para invitar a difundir la noticia y colaborar con su campaña, que se dará “en forma firme y concreta”, lo que sucederá en forma posterior al reportaje. Con esa prédica pretendía que se tome “conciencia de este increíble crimen por el cual estoy peleando ya desde hace un largo tiempo”.
En muchas ocasiones, en Tierra del Fuego se dieron testimonios de la presencia de ganado equino y bovino asilvestrados, al escaparse de algunos establecimientos o por haber quedado abandonados.
Rubén Maldonado, en la Reserva Rafaela Ishton, fue uno de los que pudo constatarlo: “Al final del Jeujepén, donde está el cerro que llamamos de las Yeguas, hay una gran cantidad de caballos ariscos, debe haber unos sesenta caballos cimarrones, que se han ido y se han hecho ariscos. El año pasado, fuimos con los chicos y encontramos una tropilla grande. Se dieron cuenta que estábamos ahí y se escuchó como una estampida cuando salió la tropilla disparando, era espectacular verla al galope…” (Documental ‘Isla de Fuegos’ de Ruben Plataneo y Bernardo Veksler, 2011. Plataforma Cine.ar).
