Botan un barco pesquero pero no logran ponerlo en marcha
EL 14 DE JULIO DE 1991

Botan un barco pesquero pero no logran ponerlo en marcha

14/07/2022
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ste día, el intendente municipal de Río Grande, Esteban ‘Chiquito’ Martínez preside el acto de botadura del barco pesquero ‘Yaghan I’. La construcción del navío había contado con el apoyo económico del municipio y tenía el loable propósito de impulsar la actividad pesquera en el litoral marítimo del norte de Tierra del Fuego.
Una serie de contratiempos e imprevistos generaron complicaciones y alteraron el normal desenvolvimiento de la ceremonia de botadura. “Lo que en un principio había sido programado para las 10.30 horas, se vio demorado a la espera de la marea alta hasta aproximadamente las 11.15. El señor Lázaro Peralta, Director de Pesca de la Municipalidad de Río Grande, dio comienzo a tan emotivo acto con un pequeño discurso, resaltando la intención de fomentar la explotación de los recursos naturales, en este caso la pesca” (Diario El Sureño, citado por Adrián G. de Antueno Berisso en el libro ‘Del Arpón al Palangre’).
Luego de las palabras de Peralta, “fue el Padre Bernicelli el encargado de bendecir la embarcación”, cumplimentando así la tradicional intervención de la fe para coadyuvar al venturoso destino del barco.
Tras la intervención religiosa, “el Intendente Esteban Martínez junto a la madrina del pesquero, Venus Videla, procedieron a romper la clásica botella de champán contra el timón”, para ponerle fin a la ceremonia inaugural del pesquero.
Pero, cuando las autoridades y la concurrencia esperaban la puesta en marcha del motor de la embarcación, el característico ruido del arranque no llegó a producirse.
Ante la incómoda situación y el cruce de miradas nerviosas, las autoridades descartaron que el episodio esperado se fuera a producir. “El intendente fue quien tomó entonces el micrófono y con muy buen humor anunció que ‘ya lo bendecimos y rompimos la botella de champán, ahora solamente tenemos que solucionar un pequeño inconveniente para terminar con la botadura: el motor no arranca’”.
Estas palabras resultaron premonitorias, dado que la nave nunca pudo navegar, frustrándose así la promoción de las actividades pesqueras que se intentaba con ella.
A pesar de no poder cumplir con el objetivo previsto, la embarcación aportó a la comunidad como un atractivo adorno en la costanera riograndense y como elemento de entretenimiento y diversión para los niños de la ciudad y los visitantes que la recorren.

Autor : Bernardo Veksler
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