ste día, parte desde la base antártica Belgrano la expedición que se propone llegar al Polo Sur Geográfico, comandada por el coronel Jorge Edgar Leal al frente de nueve efectivos del Ejército.
Esa base había sido establecida por el propio Leal en 1957 y le permitió adquirir la experiencia necesaria en el medio y comprender la importancia de alcanzar ese punto geográfico tan cargado de valor simbólico.
Un tema clave fue la selección del personal. El segundo jefe de la Patrulla de Asalto, el capitán Gustavo Adolfo Giró, significó un aporte importante para la misión. Su experiencia como jefe de las bases San Martín y Esperanza, fue vital en las tareas de preparación del viaje hasta los 82° de latitud Sur.
Giró y sus hombres habían partido en marzo de 1965 hacia esa latitud, donde se inicia la alta meseta polar. Allí, se montó una construcción que consumió cincuenta toneladas de materiales, que permitió instalar el refugio -hoy conocido como base alférez Sobral-, que se inauguró el 2 de abril de 1965.
Durante la travesía se emplearon dos trineos tirados por perros que debieron ser dejados en los 83° de latitud sur, y seis tractores snow-cat con trineos de arrastre.
Tres de los tractores quedaron en el camino con el fin de servir como depósitos y para ahorrar combustible que permitiera asegurar el regreso.
El trayecto fue muy arduo, ya que el terreno era completamente desconocido, pues la única avanzada argentina sobre el Polo Sur había sido llevada a cabo por una escuadrilla de aviones de la Marina que sobrevoló el remoto punto geográfico.
La decidida expedición militar que encabezó Leal debió ascender sobre terrenos que se encontraban por encima de los tres mil metros sobre el nivel del mar, y soportar temperaturas de más de 40° bajo cero.
Mediciones gravimétricas y magnéticas, observaciones meteorológicas y glaciológicas, ensayos clínicos sobre el problema del frío, comportamiento y rendimiento de equipos y otros estudios menores, fueron parte de las pruebas científicas llevadas a cabo por la expedición a lo largo del duro derrotero.
El 10 de diciembre de 1965, Leal y sus hombres alcanzaron la ansiada meta y retornaron a la Base Belgrano en el último día de aquel año, tras recorrer tres mil kilómetros por las blancas estepas.
Argentina se convirtió en el primer país en alcanzar el hito más austral del planeta con una expedición que salió desde el Mar de Wedell.
