ste día, comienzan a transitar automotores por el paso cordillerano. El escritor y docente Roberto Chenú recordó así el trascendente suceso: “Cuando se abrió el Paso Garibali el 23/11/1957, comenzaron a circular coches, camiones y jeep, y todos paraban en el Destacamento, que debía saber quiénes eran y de dónde venían.- Anteriormente los rodados llegaban solo hasta Lago Escondido, y luego seguían los pasajeros a caballo a Ushuaia” (Tolhuin. Historias del pueblo).
El relato hacía eje en el Destacamento Khami de la Policía de Tierra del Fuego, ubicado en la cabecera del lago Fagnano, y lo consideraba “un lugar estratégico, junto a la antigua Ruta Nº 3, camino obligado a Ushuaia. Por allí pasaban los arreos lanares y vacunos rumbo a las carnicerías de la capital fueguina. Allí cerca estaba el gran aserradero CAMI con mucha gente trabajando en el lugar y lugares cercanos”.
Los agentes policiales de entonces “diariamente salían a recorrer la zona, en una ocupación que les llevaba buena parte del día. A caballo, marchaban hasta La Correntina, Laguna Pescado, pequeños aserraderos colindantes, el almacén de Leguizamón, la gran fábrica CAMI, y La Porfiada estancia de Tardón”.
El 7 de octubre de 1956, tres vehículos habían llevado a cabo el primer cruce motorizado del paso cordillerano. La incursión por la precaria senda fue realizada con una camioneta Buick 26 modelo 1926, propiedad de Julio Canga, que tuvo al volante al agente de Vialidad Nacional Carlos Campos. También participaron del cruce un jeep Willys de Vialidad Nacional, que fue manejado por Charles Pockot y un jeep anfibio que fue conducido por los turistas canadienses Ana y Frank Shreider. La caravana pudo unir el mismo día a las ciudades de Río Grande y Ushuaia.
Según el pionero vial Vicente Canga, "la red caminera en esa época consistía en sendas y/o huellas construidas en parte por la Gobernación del Territorio y en otros casos, por el simple trajinar de las carretas de un establecimiento ganadero a otro, para finalizar en Río Grande" (Arnoldo Canclini. Ushuaia 1884-1984).
En 1943, un ingeniero de Vialidad Nacional, Enrique Azzaro, tomó en cuenta la huella que llegaba hasta la laguna Verde y, en su viaje de inspección, conoció al nativo Luis Garibaldi Honte, quien estaba a cargo del destacamento policial de la cabecera del lago, que se convirtió en su eficaz colaborador.
