n estos días, se lanza la oferta pública de acciones por 80 millones de Sevel Argentina, de los cuales 30 millones eran de Francisco Macri y 10 millones de Jorge Blanco Villegas, dueño de Philco, la fábrica de electrodomésticos de Ushuaia. También estuvo involucrado Mauricio Macri.
La maniobra consistió en que los vendedores “financiaron a oferentes no reales para subir el precio de corte (…) y luego les regresó el dinero” (Sebastián D. Penelli. Diario Ámbito Financiero, 2/9/2016).
Contaron con un falso inversionista: “Daniel Cardoni, presidente del Banco Medefín (que luego fundió), quien presentó ofertas de cuatro firmas, todas situadas en paraísos fiscales (…) en Bahamas, Uruguay, islas Cayman y Vírgenes, todas de Cardoni”.
“La Comisión Nacional de Valores (CNV) investigó y sancionó a la familia Macri por organizar una falsa subasta pública de acciones de la automotriz Sevel con cuatro empresas offshore para inflar los precios de colocación y así obtener una ganancia de al menos u$s 16,8 millones”.
Los fondos para financiar la operatoria, unos u$s 54,8 millones, salieron de una cuenta de Mauricio Macri, según lo determinó la CNV, “el 1 de julio de 1992 (…) transfirió a su nombre u$s 9.152.068 que tenía depositados en Banca della Svizzera Italiana de Nueva York” a una cuenta en un paraíso fiscal. El 3 de julio, “Mauricio transfirió u$s 45.660.878 del mismo banco” a una cuenta en Bahamas.
La devolución del dinero a los falsos oferentes se produjo a la semana siguiente.
Los principales perjudicados de la maniobra fueron 636 pequeños inversores. El perjuicio ocasionado se estimó en u$s 33,6 millones. Según la CNV, "de no haber existido la oferta presentada (…) el precio de corte hubiera alcanzado a $ 1,58 por acción y no $ 2,00, por la magnitud de su oferta en el segmento competitivo (…) Franco recibió un beneficio personal de u$s 12,6 millones y Blanco Villegas se habría alzado con u$s 4,2 millones”.
“El 12 de junio de 1997 se dictó la primera resolución contra los Macri, como resultado de las investigaciones iniciadas en 1992. Luego, la CNV (cuyo titular era Martín Redrado) denunció penalmente el caso ante la Justicia en 1997, pero desistió de ser parte querellante en la causa y todo quedó en la nada (...) Mauricio no pudo evitar caer en el mismo argumento de siempre y responsabilizó a su papá” (op.cit.).
