ste día, se difunde un informe sobre una práctica común entre los cazadores-recolectores de Patagonia: deformar el cráneo de sus bebés.
La práctica de transformar el cráneo humano, ha “sido documentada en grupos de todo el mundo, desde hace 45.000 años hasta ahora. Algunos lo hicieron por estética, otros por poder” (Melissa Hogenboom. BBC Earth).
Resulta que este hábito ancestral tenía cultores en Patagonia, dos milenios atrás.
En 2009, se encontraron restos intrigantes en una tumba antigua. Mara Alfonso-Durruty, antropóloga de la Universidad de Kansas, fue invitada al Instituto de la Patagonia chileno para investigarlo. Pudo ver que había varios cráneos modificados, algo que antes no se había visto en Patagonia. “De 60 cráneos adultos, 18 (el 30%) habían sido modificados”.
Este procedimiento es posible cuando el cráneo del niño es lo suficientemente blando para cambiar su forma. Esto se puede hacer con vendas o con tablas. “Esto fuerza al cráneo hacia arriba y da a la cabeza una forma cilíndrica”.
En otras culturas, "se hacía no solo para reforzar las distinciones sociales, pero también para consolidar el poder político".
Por la característica nómade de los cazadores-recolectores de Patagonia, Alfonso-Durruty cree que “no deformaron sus cráneos para mostrar pertenencia al grupo, dice, sino para ayudarlos a expandir sus territorios y ganar acceso a nuevos recursos.
Puede que esto suene raro. “Pero cuando empiezas a estudiar los detalles, empieza a tener más sentido”.
Al vivir en sitios con recursos dispersos, "tu mejor estrategia es expandir tu red, de forma que tú y tu grupo pueda acceder a distintas zonas en el territorio (…) Deformar tu cráneo no es algo fácil de hacer o de simular, así que los que lo hacían mostraban inmediatamente que eran un grupo confiable”.
"Haciendo esto señalaban relaciones con individuos de otras regiones -dice Alfonso-Durruty- (…) A estos pueblos les favorecía estar bien conectados, y tener un cráneo con forma extraña probaba que habían adquirido información sobre cómo hacerlo de otro grupo en el que confiaban”.
"Era una estrategia social que permitía a los individuos acceder a recursos, que eran por momentos impredecibles, en un gran territorio (…) Quizás incluso esto les ayudó a expandirse. Se sabe que en la zona se vivió un crecimiento poblacional en esa época”,
concluyó Alfonso-Durruty (op.cit.).
Autor: Bernardo Veksler
