a primera visita de Mauricio Macri a Tierra del Fuego como Presidente penduló entre la indiferencia y la intrascendencia.
Indiferencia, porque el paso del Presidente por Ushuaia no generó reacción social alguna, ni de rechazo ni de apoyo. Intrascendencia, porque se esperaba que en el discurso que dirigió desde la obra de la planta de tratamiento de efluentes cloacales Macri formulará algún anuncio concreto para el futuro inmediato de la Provincia, pero ello no ocurrió.
El paso del presidente Macri dejó al desnudo además una inexplicable contradicción entre el hacer y el decir, ya que si bien recorrió tres plantas industriales de Newsan y recibió de las máximas autoridades del grupo empresario, un informe sobre el impacto negativo que las políticas nacionales han tenido para la industria electrónica local, sobre los esfuerzos realizados para hacer más competitivos los productos elaborados en la Provincia y la necesidad de mejorar la logística marítima y habilitar la fabricación de nuevos productos, en su discurso no hubo ni las más mínima referencia al subrégimen industrial de la 19.640 ni hacía donde apunta el pretendido proceso de reconversión. Si habló el Presidente sobre la necesidad de seguir apostando al Turismo como elemento de crecimiento económico y de puestos de trabajo, pero no se reunió con referentes de ninguna de las cámaras vinculadas a esa actividad o empresarios del sector.
Nada dijo tampoco sobre qué sucederá con la obra de ampliación del puerto local que fuera contratada y luego rescindida por el Gobierno nacional, y que obligó a la Provincia a salir a contratar, contra reloj, el dragado del puerto para que este contara con el calado necesario para garantizar el ingreso a muelle de cruceros más grandes y cumplir así el compromiso asumido oportunamente con las empresas navieras.
A lo largo de los poco más de 10 minutos que duró su mensaje, el Presidente ratificó el rumbo de las políticas implementadas por su Gobierno, ya que consideró que están sentando las “bases sólidas” sobre las que construir un nuevo modelo de país. “Más convencido que nunca les digo; es por acá, por acá vamos al progreso, por acá vamos al futuro, por acá vamos al trabajo digno y de calidad para todos los argentinos” apuntó.
Al referirse específicamente a la obra que ayer visitó -la planta de tratamiento de efluentes cloacales Arroyo Grande-, señaló que “con esta obra se están cumpliendo promesas incumplidas desde hace décadas y estamos sentando esas bases que necesitamos para construir y desarrollarnos”.
Puso de relieve que “este trabajo (por la obra) lo estamos llevando en conjunto con la Provincia” y que “los hemos hecho dejando banderías políticas de lado, porque lo importante es la gente”.
Destacó también que lo “hemos logrado en esta nueva etapa de la Argentina, con transparencia, con precios competitivos” y en los plazos provistos. Aseveró que ello “tiene que ver con un cambio que hemos elegido, un cambio que necesitaba bases sólidas para poder crecer”. Casi de manera elíptica se refirió a los innegables efectos negativos que ese “cambio” está ocasionando a la economía del país, a su aparato productivo y en los indicadores laborales y sociales. “Todo lo que vale cuesta, todo lleva un proceso de trabajo, pero lo buenos es que ya comenzó”, dijo Mauricio Macri, repitiendo los argumentos ya antes escuchados.
