na pareja de brasileños, compuesta por Bruto Ventura y Patricia Borboleta, logró llegar hasta Ushuaia, la ciudad más austral del mundo, luego de haber superado las inclemencias del clima. Es verdad que son algunos de tantos aventureros que se atreven a encarar el largo camino hasta arribar a la capital fueguina, aunque la modalidad en que costearon el viaje le da un tinte particular a la travesía.
En dialogo con EDFM, Bruno Ventura explicó que la semana pasada los alcances del viaje. “Somos de Fortaleza, salimos hace 91 días y recorrimos 13.147 kilómetros. Viajamos en una moto de 250 centímetros cúbicos, es una Yamaha Virago modelo 2000, y si bien es una moto pequeña, tuve que aprender a repararla, ya que en este viaje se rompió una decena de veces desde que salimos de Brasil”.
“Al inicio cuando pensamos hacer el viaje, no estaba en los planes que fuese tan largo. Después cuando llegamos a Buenos Aires, la gente con la que nos cruzamos que había hecho este tipo de viajes, nos decían que teníamos que llegar hasta Ushuaia”, contó el joven radicado en Fortaleza.
Bruno se auto proclamó como un hombre amante de la naturaleza. “Cuando estábamos en Buenos Aires la idea era ir hasta Santiago de Chile. Pero después luego de que nos contaran sobre este magnífico lugar decidimos llegar hasta aquí”.
Patricia dijo que el haber llegado hasta la ciudad más austral del mundo “para nosotros es un bello sueño” y destacó que “la naturaleza que rodea a Ushuaia es muy hermosa”. Patricia dijo que es tatuadora y que “todo el viaje vengo trabajando haciendo tatuajes a cambio de colaboraciones para poder continuar el viaje”.
Además ambos explicaron que utilizaron los servicios de tatuajes para intercambiar servicios de alojamiento. “Mediante las aplicaciones que existen hemos conseguido realizar tatuajes a personas a cambio de un día o dos de hospedaje en alguna habitación”, sostuvo Bruno.
“Es muy significativo porque vamos a tener muchas historias para contar en el futuro. Es un viaje que hemos hecho hasta muy lejos y si bien por ahora no tenemos un hijo, de acá a uno o dos años quizás tengamos uno para en el futuro contarle nuestra historia”, señaló Patricia.
Pese a que han logrado realizar un largo viaje, Bruno admitió que la parte de más dificultad fue la Patagonia. “No tiene mucha fuerza y en algunos momentos los vientos venían de frente y por momentos no superábamos una velocidad de 50 kilómetros por hora. Es ahí cuando se debe tener paciencia porque en algún momento la dirección del viento cambia y se puede seguir un poco más fuerte”.
