Profesionales de la salud que realizan una tarea socio sanitaria

Detectaron a niños sin vacunas y sin escolaridad

29/11/2005
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ntre las calles Yowen y Karukinka Norte, donde se encuentra el límite de los barrios La Cumbre y Kaupén de Ushuaia, internándose en el bosque, en medio del barro y siguiendo las piedras del camino, se puede observar a ambos laterales las casillas de madera del asentamiento que previo a las elecciones se ubicó en ese sector de la ciudad.
Ayer, un equipo de profesionales de la salud, con el objetivo de prevención socio sanitaria, atendió a un numeroso grupo de niños de las 139 familias para verificar el estado de los menores. Allí colocaron varias vacunas a los chicos, entre ellas la triple, sabín, hepatitis B y A y BCG.
Los médicos y agentes sanitarios, que atienden en forma gratuita, contaron que cuando conocieron la propuesta del "Programa de Orientación Familiar", que fue iniciativa de los agentes sanitarios Daniel Flores y Ester Amaya, le pareció bueno y se anotaron para acudir al denominado "Barrio Escondido" a brindar sus servicios.
Los doctores Andrés Almahada y Andrea Martínez contaron que detectaron casos de niñas y niños que no tenían las vacunas necesarias, y entre el lunes pasado y ayer se vacunaron alrededor de veinte chicos.

Evitar focos infecciosos

La directora de Atención Primaria de Salud, doctora Andrea Martínez, indicó que entre los niños hay muchos casos de chicos que nacieron en Bolivia y en la parte nutricional "parecen estar bien, y ahora quedan con las vacunas completas y al día. A aquellos que tienen el control atrasado se los invita a que pasen por los centros de salud".
Uno de los temas que más preocupó a los doctores fue la eliminación de excretas, porque "en la medida en que no tengan servicios sanitarios puede ser una fuente de contaminación si persiste la eliminación de excretas a cielo abierto", acotó.
En tal sentido, la médica Martínez consideró que "hay que ver sobre todo con aquella gente que está fija de qué manera se puede evitar que se contamine el medioambiente", y principalmente con los posibles focos infecciosos y riesgos que se corren.
Los profesionales, en el informe que harán, comentarán sobre los riesgos y los resultados de la observación que hicieron en el lugar.
Durante la visita médica, los profesionales también detectaron a "niños que tienen seis y siete años y que no están escolarizados y llevan más o menos dos o tres meses acá. Creemos que es importante que realicen sus estudios de la primaria", expresó a el diario del Fin del Mundo la doctora Martínez.
En el relevamiento, los agentes de la salud y médicos encontraron a familias que llegaron hace unos meses a la isla, y señalaron que los jefes de familias trabajan en la construcción. Asimismo, contaron que hay grupos de familias que habitan desde hace mucho años en Tierra del Fuego y forman parte de los 139 casos que ocuparon el predio fiscal.
Ésta no es la primera vez que los profesionales de la salud salen a realizar actividades de medicina social y comunitaria y darle una participación activa a la gente. La médica recordó que lo hicieron con los barrios Felipe Varela, Latinoamericano, el Lago Escondido y la ruta "J", hace un año y medio.
El trabajo que hacen los agentes de la salud y los médicos finalizará con un diagnóstico de la situación, más allá de lo que conteste la Justicia sobre la ocupación ilegal.
"Nos interesa la prevención, hasta que la Justicia pueda resolver el caso y que la gente conozca sobre el tratamiento de los residuos, el cuidado con el agua, el medioambiente, sobre los riesgos de las excretas a cielo abierto", afirmó el agente sanitario Flores.
Contó que el Programa de Orientación Familiar tuvo eco, tanto en el Ministerio de Salud Pública como también en los ocupantes de los asentamientos.
Una de las enfermeras le indicaba a una mamá los procedimientos para una próxima atención. Mientas tanto, alrededor de un fogón, mientras tomaban mate, los otros papás esperaban con sus hijos para la consulta con el médico.
El intenso frío de ayer calaba los huesos –hacía 5º– y los chicos sin embargo jugaban cerca de los árboles, donde colgaban algunos cables de electricidad, a unos metros de un chorrillo que descendía por el camino abierto para el ingreso con piedras como señales para los que ingresaban al lugar y para no embarrarse hasta los tobillos.

Prevención de accidentes

Los bomberos voluntarios del Cuartel Central también se sumaron al programa y se disponían a dar una charla de prevención, tanto por la forma de calefacción como para evitar accidentes. "Me preocupa esta etapa de transición porque hay algunos riesgos", afirmó Rodolfo Canseco, mientras esperaba que se sumen más familias a la reunión convocada.
Por otra parte, una mamá con dos niños, Silvia Kellm, afirmó que "es bueno que haya una junta de médicos porque tenía dificultad para salir con los chicos en medio del barro. Le pusieron la vacuna de la hepatitis "A" a mi bebé de dos años". La mujer comentó que hace dos meses que habitan en el bosque y llevan cuatro años en la isla.
Otro vecino, Martín –con su niña en brazos–, expresó a el diario del Fin del Mundo que "estoy hace 13 años en Tierra del Fuego y me cansé de que no me dieran solución a mi problema habitacional, por eso decidí venir a vivir aquí".
Se observó que la gente tiene temor cuando ve a alguien desconocido que ingresa al bosque, donde armaron sus casillas, miran con recelo y cuidan sus palabras a quienes se les acercan a consultarles. "Sabemos que había gente que no estaba de acuerdo con que este proyecto de salud se hiciera", afirmó un joven, y aclaró que "usted ve las casillas precarias porque no nos dejan entrar materiales, porque si no nuestras viviendas serían mejores".
Al salir del bosque, una mujer morocha de pelo largo llevaba un niño en brazos y otros tres chicos la seguían, mientras subían la pendiente, entre los árboles, en silencio, se alejaba de la calle Yowen, y una de sus niñas respondió a otra, que permanecía en el ingreso al denominado barrio Escondido: "Voy a mi casita".