Una aventura que abre grandes expectativas a futuras experiencias

De San Juan a Ushuaia en una moto Puma de los 50

12/02/2006
L

os sueños que se cumplen abren muchas expectativas a nuevos desafíos. Eso es lo que le ocurrió a Javier Becerra, un joven músico de la ciudad sanjuanina de Concepción, que se desempeña en la Orquesta Sinfónica de Córdoba y que hace unos cuatro años atrás se "flasheó" con una moto: una Puma 98 serie 2, modelo 57. En ese momento estaba bastante deteriorada, pero deben haber sido las palabras de quien se la vendió lo que encendió una llama en el corazón del músico e instintivamente la adquirió por 100 pesos: "Mirá, pibe, ésta, así como la vez, es la primera moto de fabricación nacional".
Las palabras de ese hombre no estaban del todo equivocadas, ya que la serie 2 de ese modelo de motocicleta es la réplica de la serie 1, importada de Alemania a comienzos de los 50, y que se fabricó en la Provincia de Córdoba. Según nos comentó Javier, le llevó unos tres años restaurarla a nueva, tratando de conseguir piezas que ya no se fabrican más o creando otras a partir de los gráficos que posiblemente encontró en la Internet. El resultado de su esfuerzo lo dejó perplejo, era hermosa y argentina, por eso pensó: "La tengo que hacer andar por los caminos de mi país, voy a viajar a Ushuaia".
Y así fue que a comienzos de la semana pasada arribó, después de 31 días, 4700 kilómetros y una serie de inconvenientes, a la capital de la provincia más austral de la Argentina. "El viaje lo iba a realizar el año pasado pero no me salió el tema de los papeles y lo tuve que postergar hasta este año", recordó Javier, que estaba vestido con equipo para agua azul, ya que ese día llovía en la ciudad de Ushuaia.
El recorrido fue bastante particular. "La intención era bajar por la ruta 40, que es por la que comencé el viaje", pero a la altura de Esquel "se me rompió una pieza de los cambios y tuve que desviarme a Comodoro Rivadavia, donde la puede arreglar. Después bajé hasta Piedrabuena y desde ahí crucé otra vez a la 40", comentó.
Entre los inconvenientes que recordó, el más destacado fue la pinchadura que sufrió en Junín de los Andes, donde no había cubiertas ni cámara de esa moto, por lo que "tuve comprar una cubierta y una cámara para bicicleta", con lo cual pudo finalizar el viaje.
Lo interesante de esta historia es que el joven aventurero no tenía la menor idea de lo que era una motocicleta: "No sabía nada, cuando la compré fue porque me puso loco el diseño", pero ahora "sé bastante de ella porque el desarmarla y armarla me permitió aprender".
Lamentablemente, el regreso debió hacerlo en camión, porque los tiempos no le daban para estar en su trabajo el día que terminaban sus vacaciones. Sin embargo, eso no apagó las llamas por más aventuras: "Este viaje me voló la cabeza, ahora quiero ir hasta Formosa, porque es como una provincia tan olvidada en el norte, no sé", acotando que ese viaje pretende mezclarlo con el tema de la música, lo cual puede resultar una experiencia muy interesante.

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