a obra de la escuela Antártida Argentina, en Río Grande, fue suspendida por inspectores de la Secretaría de Trabajo, los que constataron el incumplimiento de las normas de trabajo mínimas para su personal, en tanto que además se mantenía hasta ayer una deuda de salarios con el personal denominado "golondrina", obreros que hace poco llegaron a al provincia atraídos por falsas promesas laborales.
"Nosotros tenemos a 12 compañeros que todavía no han cobrado la 2º quincena de mayo, los que ahora no tienen con qué sostenerse y quieren volver a su localidad", manifestó el dirigente sindical Ramón Brauton, quien resaltó que los restantes trabajadores acompañaron la protesta paralizando totalmente las tareas dentro del obrador.
Los trabajadores perjudicados son oriundos de la ciudad de La Plata, llegaron a la provincia durante la primera quincena de mayo, contando con la promesa de un nivel salarial destacado en comparación a los valores del norte, además de otras condiciones de trabajo, las cuales cambiaron totalmente a partir de su arribo a Río Grande. "Nuestros compañeros ahora ni siquiera están cobrando los 6 pesos de viáticos para alimentos que les daba la empresa", acusó Brauton, que sostuvo que estas personas "lo único que quieren es que la empresa les cumpla, porque ellos cumplieron con su trabajo, a pesar de que era más de lo que les habían prometido, y ahora la empresa CONINSA no se hace cargo de la situación".
La suspensión de obras
Personal perteneciente a la Secretaría de Trabajo de la Provincia, en base a las denuncias formuladas desde el gremio de la construcción, se hizo presente en horas del mediodía en la obra de la escuela provincial, procediendo a la elaboración de un acta y ordenando la inmediata suspensión de las tareas.
El organismo intimó a la empresa a poner en regla las condiciones de trabajo: mejorar las condiciones de los baños y del sector del comedor, además de entregar la ropa correspondiente al personal, en tanto que posteriormente a esto, lograron constatar que el personal atrasado cobraría sus haberes.
Una vez conocida la información del pago de los salarios adeudados, Brauton señaló que "la empresa quería pagarles lo que se le antojaba, buscaban cancelarles en base a los acuerdos de Buenos Aires más un 30 por ciento de arraigo, eso es una burla porque eso no es suficiente para los trabajadores y para que cualquier persona viva con dignidad en la provincia", concluyendo en que "la empresa debe reconocerles los valores que en la provincia rigen".
