Hospital Regional Ushuaia

Cuidados paliativos como un alivio al peor dolor

11/07/2006
E

l Hospital Regional Ushuaia registra alrededor de 300 pacientes oncológicos en sus diferentes estadíos de la enfermedad. El servicio no funciona bajo promana, pero cuenta con un grupo reducido de profesionales abocados al acompañamiento de las personas que transitan por la fase terminal de la enfermedad. Estos cuidados paliativos, que intervienen cuando el médico lo considera necesario, buscan proporcionar alivio al dolor, propiciar un acompañamiento en mejoras de la calidad de vida, y liberar los síntomas angustiantes con el fin de que puedan encontrar el camino para una muerte más digna y en paz.
En un principio, esta labor estuvo programada por equipo interdisciplinario, integrado por médicos, trabajadores sociales y psicólogos, y finalmente quedó desintegrado con la partida de la oncóloga del servicio hospitalario. Por este motivo, funciona a pulmón sólo con dos agentes afectados a esta tarea. Los especialistas indican que en la mayoría de las provincias hay programas interdisciplinarios consolidados, y advierten que en la capital fueguina la necesidad esta instalada debido a la cantidad de casos que se registran.
La licenciada Susana Pignetto es agente del servicio social del hospital capitalino e integra el equipo de cuidados paliativos. Precisó que en los últimos meses han atendido alrededor de veinte pacientes, de los cuales dos tercios murieron. Otros tantos siguen siendo tratados y algunos partieron de la provincia para reencontrarse con sus afectos. Sostuvo que el estar acompañados, sentirse queridos, hace que el paciente tenga una predisposición distinta para afrontar el tratamiento, puesto que sólo de este modo encuentran que tiene sentido pelear por la vida. Asimismo, los especialistas afirman que en cualquier patología, en las personas que no están contenidas afectivamente es mayor su vulnerabilidad contra las infecciones.

Prepararse para lo ineludible

Entre otras estrategias, los agentes de salud buscan hospitalizar al paciente para descomprimir la situación de claudicación familiar, lograr que pueda volver al domicilio, y de alguna forma, los seres queridos puedan sobrellevar el duelo inevitable. En otros casos, facilitan los canales de comunicación y alcanzan revincular al paciente con afectos que fueron postergados por alguna circunstancia de su vida. "Cuando saben que no les queda mucho tiempo se marcan los conflictos no resueltos, y asignaturas pendientes, que intentamos ayudar a resolver", manifestó la entrevistada.
Personalmente, Pignetto consideró que se trata de un trabajo duro, de constante aprendizaje y adiestramiento profesional, donde siempre se debe ser objetivos y estar lúcidos. Explicó que "con el primer paciente quizás sentimos que no estamos preparados, con el segundo y con los que vienen, ya no nos comprometemos afectivamente".

Una caricia al alma

En dialogo con el diario del Fin del Mundo, la asistente social precisó que en etapa de cuidados paliativos hay un porcentaje equitativo entre jóvenes y gente madura, que tienen entre 50 y 60 años; que –sostuvo– en otras provincias ésta es considerada población joven. En general adujo que los afectados siguen apostando a la vida, no bajan los brazos y confían en los profesionales; sin embargo, otros, que están en una etapa aguda del dolor, están confundidos, asustados, se separan de la familia.
Por otra parte, Susana Pignetto consideró que la tarea más gratificante es, pese a las adversidades, poder reafirmar la importancia de la vida aún en la etapa terminal, y aunque sea tarde puedan ver la otra cara del problema y aceptar con serenidad la situación que deviene. No es para menos, al final de cuentas significa una existencia posible más allá de la internación y el sometimiento a tratamientos duros.

Afecciones oncológicas en Tierra del Fuego

El aislamiento, la falta de sol y de red social son rasgos comunes

Un equipo de especialistas de la Clínica del Callao, de Capital Federal, que atendió numerosos pacientes de Tierra del Fuego, advirtió que en esa población comparte rasgos comunes, entre ellos el aislamiento, la falta de sol y contención social y familiar.
En tanto, la capital fueguina registra alrededor de 300 casos, de los cuales un 70% se encuentra en un periodo de control y un 30% en tratamiento activo, según indicó la medica oncóloga Luisa Medina, en una entrevista realizada con el diario del Fin del Mundo en el mes de abril.
La especialista atiende en el Hospital Regional Ushuaia de manera itinerante, cada 21 días, y los controles diarios están a cargo de médicos clínicos. Si bien el número de enfermos oncológicos es considerable –por tratarse de una población joven– Medina sostuvo que es imposible estimar que ha aumentado el número de casos, puesto que el registro de tumores tiene pocos años de vigencia, incluso tuvo interrupciones. Actualmente, depende del la Dirección Provincial de Epidemiología. Indicó que "lo ideal sería que estos trabajos tengan continuidad", y apuntó que "hasta que no tengamos datos certeros, no se puede llegar a una conclusión porque sería muy irresponsable". Precisó además que la afección más frecuente es el cáncer de mama, de pulmón, aunque también son habituales los tumores digestivos, de colon y estómago.