e recupera lentamente un joven conductor que durante la madrugada del pasado sábado protagonizó una violenta colisión, en la rotonda del monumento a la aviación naval, en Río Grande, donde intentó eludir un control de tránsito y de alcoholemia que se ubicaba metros antes de llegar a la zona mencionada.
El conductor de 21 años, identificado como Emilio Velásquez, circulaba a alta velocidad en un rodado Chevrolet Corsa por la calle El Cano, realizando una abruta maniobra, intentado escapar a los inspectores de tránsito que se ubicaban en la zona, por lo que perdió el control del rodado, llevándose por delante a un inspector y al rodado de otro conductor que estaba siendo secuestrado en ese momento. Este violento e inesperado episodio ocurrido durante el fin de semana en Río Grande concluyó con un lamentable saldo para el alcoholizado conductor del corsa, el que debió ser internado en Terapia Intensiva, asistido por un respirador, mientras que los profesionales debieron colocarle un catéter en la zona craneoencefálica ante el fuerte traumatismo sufrido.
En el momento de este accidente, el inspector de tránsito Ángel Gabriel Platner procedió al secuestro de un rodado Fiat Uno, dado que su conductor no había superado el control de alcoholemia. Tanto el inspector como el conductor que había sido demorado por tener aliento etílico fueron embestidos por el Chevrolet Corsa, con uno de sus laterales, por lo que resultaron sólo con lesiones leves.
Otra de borrachos
Un segundo accidente de importancia se produjo ayer en horas de la tarde en Río Grande, y nuevamente teniendo al alcohol como principal protagonista, cuando una persona identificada como Isaac Manuel Oyarzo, al mando de su rodado Fiat Elba, terminó su marcha luego de dar violentamente contra una vivienda que se ubica en la esquina de Almafuerte y pasaje Obispo Trejo.
La situación resultó bastante insólita, no sólo por las características del accidente, sino también por las explicaciones que intentó, mediante balbuceos, realizar el alcoholizado conductor. Esta persona señaló a los efectivos policiales que un automóvil Volkswagen Gol, de color gris, lo habría impactado desde atrás, por lo que perdió el control de su auto. La explicación perdió total credibilidad luego de aceptar ante las autoridades policiales que había estado bebiendo y tras las acusaciones producidas por los presentes, los que desmintieron inmediatamente que otro rodado haya estado involucrado.
Afortunadamente el violento choque no arrojó personas heridas, aunque sí importantes daños para la vivienda, la que sufrió la rotura del cerco de hierro perimetral, el que fue arrancado de cuajo por el automóvil que terminó su marcha contra un poste de alumbrado.
