osiblemente no exista otra actividad en el mundo que, como la turística, requiera de una permanente y celosa planificación. Si es que pretendemos un desarrollo real de la actividad, es indispensable contar con claros diagnósticos y estrategias y garantizar su indispensable continuidad, independientemente de los responsables que se encuentren a cargo de la gestión turística.
Que las áreas técnicas redacten hermosos informes que serán posteriormente ignorados o denostados por el poder político, no deja de ser un juego en el que siempre pierde el destino.
Ushuaia, para el 2010, puede superar los 300.000 visitantes, crecimiento que cumple con las mismas tendencias desde la última década. En función de ello quizás sea este el momento en que se deba comenzar buscar respuesta a un interrogante básico: En qué tipo de destino turístico pretendemos transformarnos?.
Dice la OMT sobre este tema: "...no puede haber proyectos turísticos exitosos si no existe una concordancia previa entre los diferentes agentes sociales de la comunidad, y para ello, es necesario generar un debate en torno a las expectativas e intereses de cada sector involucrado en el proceso de desarrollo turístico..."
"...se impone la adopción de una Planificación Estratégica del Desarrollo Turístico Sostenible... La aceptación de que el resultado principal del Plan no es tanto la redacción de un programa de gobierno turístico local, sino la consecución de un CONTRATO POLÍTICO entre las administraciones públicas y la sociedad civil sobre el modelo turístico futuro deseable para el territorio y la comunidad local..."
Esta premisa ha inspirado la gestión que nos permita la elaboración de un plan estratégico que nos ayude a observar un horizonte a los próximos 15 ó 20 años y que nos hallamos pronto a finalizar y publicar. No olvidemos que la oferta turística en el mundo es cada día más rica y más abundante, que la demanda es cada día más exigente y que sólo tendrán probabilidad de éxito aquellos destinos que entiendan estas premisas básicas, adaptándose a las realidades cambiantes de un mundo cada vez más dinámico.
Resulta indispensable cerrar este análisis, transcribiendo algunas tendencias mundiales y las recomendaciones que de ellas surgen.
· Tener en cuenta que las tendencias de la demanda turística mundial, están orientadas hacia tres premisas fundamentales, el respeto hacia el medio ambiente, la autenticidad cultural y la calidad del producto.
· Para contar con mayores posibilidades de éxito en esa competitividad turística, se debe reestructurar la oferta existente. Orientarla a la monoproducción de la oferta hacia la diversificación, la puesta en cartelera de productos específicos en paulatino reemplazo de los genéricos, al desarrollo de modelos de turismo activo y al desarrollo de servicios más profesionalizados y personalizados, desechando el modelo de turismo masivo.
· Este nuevo enfoque y modelo de desarrollo del sector turístico se apoyará en algunas premisas fundamentales: Sostenibilidad ambiental, equidad social, rentabilidad económica y competitividad nacional e internacional del destino.
Nuestro deseo, en este nuevo aniversario de la ciudad, es que todos quienes integramos esta comunidad y quienes nos gobiernan, nos encontremos en condiciones de responder con madurez y seriedad a este desafío.