esde la Cámara de Comercio de Ushuaia han expresado su preocupación por la compleja situación económico–financiera por la que atraviesa el Gobierno Provincial; sin embargo, sostienen que desde el sector no se puede hacer mucho y que ya están acostumbrados.
El vicepresidente de la entidad, a cargo de la Presidencia, Daniel Iriondo, manifestó que "como somos una provincia con una alta incidencia de empleados públicos, el no pago de haberes, además de afectar a los propios asalariados, tiene una directa repercusión en toda la actividad comercial", anotando que "eso implica que habrá una masa de dinero que habitualmente circula y que si no se pagan los sueldos va a estar resentida". De ese modo, insistió con que "la influencia va a ser instantánea sobre la actividad comercial".
En ese sentido, indicó que "actualmente tenemos una situación política muy particular y por los próximos seis meses estaremos en un momento de coyuntura", subrayando que "tenemos un gobierno 'con cierta debilidad política' y un gobierno electo que aún no asumió, que tal vez no tenga conformados todos sus cuadros". Por lo cual, sostuvo que "uno puede tener las mejores intenciones y hablar con ellos para que paguen los sueldos, pero está en ellos hacerlo", y agregó que "nosotros propiciamos que todo sea normal, regular y prolijo, pero evidentemente no es así, y por los próximos meses la situación será similar".
Comentó que no "tiene conocimiento" de que se haya comenzado a pagar a los proveedores del Estado que son afiliados a la Cámara, y remarcó que "históricamente el Estado Provincial ha sido un muy mal pagador, porque nunca paga en término o los plazos no son los habituales para la actividad comercial". De ese modo, estimó que los proveedores que trabajan con el Gobierno "saben a que atenerse", y anotó que "esa situación genera que el Estado muchas veces no compre bien, ya que tampoco paga como corresponde".
El aumento de precios se aplica en función del aumento del valor de los productos
En otro orden de cosas, desmintió que el aumento de precios se genere en el comercio fueguino, sino que surge a partir de la mercadería que se recibe de proveedores fuera de la Provincia.
"En principio todo el mundo está de acuerdo en que cuando más estable esté la economía y los precios, es mejor para todos", sostuvo Iriondo, y agregó que "hay que pensar que el 99 por ciento de los productos que se consumen en la isla se producen fuera de la Provincia y son exportados por mayoristas del continente". De esa manera, remarcó que "nosotros somos el último eslabón de la cadena".
Así, explicó que si un comerciante recibe los productos que vende con aumento, "eso lo va a trasladar" a los precios que se ofrecen al consumidor; porque "si no traslada ese aumento, no gana dinero, y por consiguiente no hay negocio, con lo cual no podrá mantener su personal, y va a llegar al extremo de que no le convenga, por lo que cerrará su comercio".
Aclaró que "puede haber influencia de grandes cadenas que fijan precios, pero en general, el comerciante medio de la ciudad compra en Buenos Aires o eventualmente importa sus productos, de modo que eso está regido por los precios internacionales", sentenciando que "no podemos más que trasladar a los precios, si hay un aumento en el valor de los productos que se traen".
Para ejemplificar la situación señaló que en Tierra del Fuego se produce algo de frutas y verduras, por lo que "quizás podamos recriminarle a esos productores de que aumenten los precios, lo cual es absurdo", reiterando que "la gran mayoría de los productos que se consumen acá no tienen nada que ver con proveedores locales, y por eso es imposible manejar los precios desde acá".