Carta intención

Tierra del Fuego, por la prohibición de termómetros de mercurio

31/12/2008
L

os hospitales de Tierra del Fuego, junto a las carteras de Salud de otras 9 provincias del país y Capital Federal, firmaron una carta intención en la que promueven eliminar la venta de termómetros y tensiómetros con mercurio para uso médico. La propuesta está basada en estudios que señalan con claridad que cuando este metal se evapora es tóxico para la salud humana. La idea ya tiene el aval técnico del Ministerio de Salud de la Nación.
La intensión de los profesionales de la salud es que la ministra de Salud, Graciela Ocaña, por medio de una resolución, prohíba la venta de esos dispositivos con mercurio.
El diario mendocino Los Andes informó en su edición del pasado lunes "que la iniciativa es impulsada por la Organización No Gubernamental (ONG) Salud Sin Riesgo", que nació en Estados Unidos hace once años y tiene sede local. En el país, ya adhirieron más de cincuenta instituciones del ámbito sanitario, como el Hospital Fernández, de Buenos Aires, la cátedra de Toxicología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Asociación Toxicológica Argentina.
En el sector salud -señaló la médica María Della Rodolfa, responsable de los programas de Salud sin Daño- es común que involuntariamente y en forma sistemática se rompan termómetros y tensiómetros, esto genera riesgos para los pacientes y trabajadores de los nosocomios.
"El mercurio que tienen los termómetros con los que se mide la fiebre no presenta inconvenientes, al igual que los tensiómetros. Pero cuando estos instrumentos se rompen, el metal se evapora y ese vapor sí es tóxico para las personas. Por eso es conveniente eliminarlos y usar termómetros digitales; en el Hospital Fernández los cambiamos en 2006, había siete mil termómetros con mercurio, lo que equivale a siete kilogramos del metal", resaltó Carlos Damin, jefe del Servicio de Toxicología del Fernández, de Buenos Aires.
La eliminación del uso de mercurio por parte de Salud representa una significativa reducción de ese riesgo tóxico, manifestó Rodolfa. "Existen alternativas para medir la fiebre y tomar la presión sanguínea que no emplean mercurio, y que son igualmente confiables y precisas para esa función, como los elementos digitales", enfatizó.
Es importante destacar que un termómetro necesita un gramo de mercurio para funcionar, mientras que un tensiómetro requiere 100 gramos del metal. La médica de la ONG dijo que en promedio se rompen entre uno y tres termómetros por día en los hospitales. "Ese mercurio que se evapora afecta principalmente al sistema nervioso central, sobre todo el del feto. Además, contamina el ambiente", apuntó.
Desde la cátedra de Toxicología de la UBA explicaron que el mercurio puede entrar al organismo por las vías respiratoria, digestiva, cutánea y por la inhalación del vapor. Los efectos tóxicos pueden incluir: dermatitis, gingivitis, disminución de la función renal, alteraciones de la inmunidad, complicaciones del embarazo y síntomas neurológicos como temblor y espamos, entre otros.

En el mundo, no al mercurio

A nivel internacional, es política de la Organización Mundial de la Salud (OMS) apoyar la prohibición del uso de mercurio en prácticas médicas. Por su parte, el Parlamento Europeo excluyó a partir de enero de 2008 en toda la Unión la venta de termómetros de mercurio para medir la fiebre. Países como Suecia y Dinamarca no trabajan con este metal desde mediados de la década del noventa.
En la Argentina, más de 50 instituciones del ámbito sanitario se han sumado a esta iniciativa. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires; las provincias de: Chaco, Jujuy y La Rioja, junto con hospitales de Córdoba, Chubut, Neuquén, Río Negro, San Juan, Santa Fe y Tierra del Fuego firmaron la carta de intención para la eliminación del mercurio y se encuentran en pleno reemplazo de su empleo.
En el Cono Sur, Uruguay se sumó a la cruzada, apuntaron desde Salud Sin Riesgo. El Hospital de Clínicas de Montevideo dejó de lado al mercurio desde este año. Mientras que en Mendoza la propuesta todavía no ha tenido eco. Sergio Bomparola, responsable de Toxicología de la Provincia, dijo que la idea es interesante pero que en el ámbito local no era conocida.

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