Realizaron una travesía de más de 2500 kilómetros en motos de nieve

Se cumplen 9 años de la llegada de una patrulla del Ejército Argentino al Polo Sur

05/01/2009
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oy se cumplen 9 años de la llegada de una patrulla terrestre del Ejército Argentino al Polo Sur en motos de nieve, en el marco de la "Expedición Científico - Técnica Polo Sur 2000". La aventura se inició a comienzos del año 1999, cuando se comenzó a planificar el desarrollo de la expedición que se puso en marcha el 28 de noviembre de ese año, con la intención de llegar el 31 de diciembre al Polo Sur Geográfico.
En el portal de la Fundación Marambio, el jefe de la Expedición, el coronel Víctor Figueroa, recuerda que cada una de las sietes motos arrastraba tres trineos, cuya carga, de unos 200 kilogramos, estaba distribuida equitativamente para desarrollar la travesía sin inconvenientes. En la carga había comida para 60 días, repuestos de motos y trineos, equipos de radio, botiquines de primeros auxilios, elementos de andinismo, aceite 2T, carpas, bolsas de dormir y combustible.
Durante los tres primeros días se realizaron 300 kilómetros sin inconvenientes, ya que el terreno era de fácil tránsito. Pero en los primeros días de diciembre la situación tuvo algunos problemas, ya que se debió pasar por un campo de grietas de aproximadamente 10 kilómetros, donde se sufrió la caída de algunos trineos, que pudieron ser rescatados; sin embrago esto tuvo el costo de la pérdida de un valioso tiempo para el logro del objetivo de arribar el 31 de diciembre como estaba previsto.
El 15 de diciembre subieron al continente, a una altura de 800 metros sobre el nivel del mar. Allí, el terreno se presentó casi intransitable en algunos tramos, por lo que debieron andar muy despacio, entre 5 y 8 km/h, cuando en general la velocidad promedio había sido de 18 km/h.
Las diferentes situaciones que se debieron ir superando no impidieron que se llevaran a cabo diversas tareas, como por ejemplo el topógrafo, que continuaba realizando los relevamientos topográficos y comparándolos con las cartas satelitales y los datos registrados por la expedición anterior; el médico, que comparaba las mediciones de la capa de ozono y otros datos de interés científico, observando, además, el comportamiento humano en condiciones extremas de aislamiento y temperatura.
El viaje comenzó a sufrir más demoras a partir del 17 de diciembre cuando el tiempo fue empeorando y el viento alcanzó los 150 km/h; en ese momento el grupo de hombres y máquinas se hallaba en los 82º. Esta situación había sido anticipada por los meteorólogos de Base Marambio, quienes habían pronosticado un temporal de una semana, que se cumplió. De manera que los siete días siguientes debieron permanecer en las carpas, saliendo periódicamente a controlar las motos y la carga. Recién el 24 de diciembre el clima mejoró pudieron reiniciar la marcha.
El 28 de diciembre arribaron a los 84º, a unos 700 kilómetros del polo. Durante todo el día 29 se dedicaron a reparar los trineos. El 30 de Diciembre, con el objetivo de llegar a los 85º, partieron para recorrer 120 kilómetros por una zona plagada de sasturgis y con el termómetro marcando -26º C.
El 1 de enero amaneció pleno de visibilidad, iluminado y radiante, pero hacia la tarde llegaron a una zona de tremendos sasturgis que superaban el metro, por lo que costó mucho pasarlos. Después de mucho esfuerzo lograron llegar a los 86º. El 2 y 3 enero no fueron diferentes al resto en cuanto al clima; cada vez estaban a mayor altitud, el termómetro marcaba una constante de -35º C, y el terreno era menos penoso.
El 4 de enero estaban a tan sólo 222 kilómetros de la meta. La marcha fue a una velocidad de casi 18 km/h. Al llegar a los 89º, armaron campamento para descansar. Al día siguiente partieron rumbo a los 90º, ya estaban a 2.668 metros y con una temperatura de -38º C. Después de recorrer 55 km. el altímetro indicaba 2838 m, el objetivo estaba muy cerca.
Cuando faltaban 18 kilómetros, el navegante, que se había adelantado, alzó los brazos señalando que había visto algo. A las 19:30 del 5 de enero de 2000, la Expedición Científico-Técnica arribó al Polo Sur Geográfico.
En la base norteamericana "Amundsen-Scott", las autoridades tenían noticias de una expedición que llegaría al Polo Sur, pero no sabían de qué nacionalidad, y menos que venían desde la base argentina "Belgrano II", ya que pensaban que el punto de partida había sido Patriot Hills. Según el uso horario nacional eran las 20 horas, para quienes estaban en la base eran las 12 horas del 6 de Enero. No podían creer que habían recorrido más de 2.500 kilómetros arrastrando todo el combustible y sin apoyo aéreo; y que volverían a la base en el Mar de Weddell de la misma forma en que habían llegado.
El día 9 emprendieron el regreso. El retorno fue mucho más fácil, sin preocupaciones con todos los depósitos instalados sobre la ruta. De vuelta fueron recogiendo todos los tambores y los residuos producidos a fin de retornarlos a la base y minimizar el impacto en el medio ambiente. Días después llegaron a la base, desde donde había comenzado la travesía, y fueron recibidos con gran algarabía por todos los que se habían quedado.