L
os participantes del primer Congreso Nacional de Trastornos del Desarrollo "Del Diagnóstico al Tratamiento, la Escuela, la Inclusión y sus Aspectos Legales", que se desarrolló en la Casa de la Cultura durante el viernes y el sábado, destacaron el evento y aseguraron que ha dejado un bagaje de conocimientos muy importante sobre la concientización, el abordaje y el tratamiento de esta problemática.
Cabe recordar que este Congreso fue organizado por la ONG "Desarrollo Pleno para Nuestros Hijos" y contó con un fuerte apoyo del Municipio de Río Grande. En el mismo, expusieron profesionales de diversas disciplinas que van desde la salud hasta el derecho, de modo que se ha hecho un abordaje integral del TGD.
La Dra. Nora Grañana, del Hospital Austral y especialista en Trastorno Generalizado del Desarrollo, realizó varias ponencias y una de ellas fue "Bases neurobiológicas para comprender el tratamiento. La profesional resaltó en primer término que "ha sido muy importante la concurrencia del público y justamente la idear era transmitirle a la comunidad la importancia de poder entender cómo se procesa desde el punto de vista del funcionamiento de la mente de los chicos con esta dificultad de las conductas autistas y del trastorno generalizado del desarrollo".
Agregó la especialista que esta oportunidad fue propicia "para lograr un trabajo en conjunto, para que cada uno de los profesionales pueda aportar sus conocimientos, pero desde donde los chicos lo necesitan".
La Dra. Grañana reveló que los pequeños afectados con este tipo de trastorno, "son chicos que no pueden comunicarse; que no saben cómo comunicarse, que no entienden el idioma y que tienen muchas dificultades para reconocer cómo se interactúa con el otro niño y a su vez, están muy comprometidos permanentemente en pensamientos y en conductas; especialmente en conductas obsesivas, en conductas repetitivas, tienen 'aleteo'; tienen auto estimulaciones, les llama mucho la atención de las luces y sonidos. Determinadas cosas que los desconcentran y que hacen que se les haga más difícil interactuar. Estos tres pilares de dificultades en la comunicación, en la interacción y conductas restringidas, son las que tenemos que tratar de abordar con el tratamiento".
La Dra. Alexia Rattazzi, por su parte, quien es psiquiatra infantil y pertenece a INECO (Instituto de Neurología Cognitiva Infantojuvenil) y al Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, también realizó varias disertaciones pero se centró en evaluación y diagnóstico precoz de los trastornos. "Cuanto más antes se haga el diagnóstico, más precozmente, mejora la evolución y el pronóstico de ese chico y es por eso que es recomendable trabajar desde muy temprano", indicó.
Consultada sobre cómo se puede detectar desde el ámbito familiar la existencia de esta dificultad en los pequeños, observó que "generalmente los padres se dan cuenta rápido cuando tienen uno de sus niños con algún trastorno de esta naturaleza, máxime si tiene otros hijos; porque se dan cuenta que hay cosas que son diferentes entre sus hijos. Quizás ese chico no establece contacto ocular como hacen los otros chicos, o capaz que no comparte interés con sus hermanos ni disfruta de la misma manera que otros chicos y siempre son los padres los que generalmente se dan cuenta de que algo está diferente", explicó.
Rattazzi aseguró que en este contexto, "el principal actor es el pediatra porque cuando estos padres sospechan algo, generalmente lo que primero hacen es ir al pediatra y decir: 'mi hijo no habla' o 'hay algo que siento que no se está conectando conmigo', y si el pediatra puede hacer una pesquisa en ese momento y derivar oportunamente a los equipos de especialistas que hacen diagnóstico, esto sería muy importante y este es un punto que nos falta mucho y en verdad, en Argentina, se podría hacer muchas cosas desde la pediatría".