Su puesta en servicio podría extenderse en un año

Dudas sobre la posibilidad de que el Irízar esté listo para la campaña antártica 2011-2012

06/04/2010
S
i se cumple la evaluación del presidente del astillero estatal Tandanor Mario Fadel, el rompehielos Almirante Irízar recién entraría en servicio –en un escenario más que optimista–, para la campaña de verano 2012–2013. Otras voces técnicas dicen que es una utopía pensar que para agosto de 2012 haya tiempo suficiente para cumplir con pruebas de máquinas, auxiliares, navegación de prueba en hielo (en la Antártida) y de inmediato cargar pertrechos y lanzarse a la campaña antártica.

Contrato

El astillero estatal es el director de la obra y contrató a la filial argentina de la empresa española Sener para que se ocupe de la ingeniería de detalle de casco.
Raúl Garré, quien goza del mismo poder que su hermana la jefa castrense, organizó múltiples reuniones, exigió justificativos por escrito del retraso técnico, pidió varias veces explicaciones del fenómeno y aún así no hubo quien lo convenciera. El inexorable retraso del proyecto Irízar implica la vacuidad de las palabras de su hermana ministra, quien juró a los cuatro vientos que el rompehielos retornaría a las operaciones de abastecimiento de las bases del país en la campaña 2011-2012. ¿Cómo se desdice ahora de su compromiso ante el pleno de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados? En aquel encuentro, ante una pregunta de la diputada fueguina Liliana "Chispita" Fadul, Garré contestó que el rompehielos estará listo para la campaña 2011-2012 y que también se analiza la compra de un buque polar.
El problema es que aún no se definieron las dimensiones y capacidad de los tanques para transportar gas oil antártico (GOA), insumo vital para el funcionamiento y calefacción de las bases. Esa demora es un obstáculo que impidió avanzar con el resto de las construcciones internas del navío. Tampoco se acordó si el rompehielos será clasificado y verificado por Der Norske Veritas (DNV). Fue esta sociedad de clasificación la que había advertido sobre la inconveniencia de disponer los tanques de combustible antártico en proximidades de las zonas de habitabilidad de la nave. De no modificarse el diseño técnico, DNV no podría dar su aprobación a la clasificación del rompehielos modernizado.
En una carta girada al diario Ambito Financiero, Fadel admite: "En virtud de los requerimientos de seguridad del buque, la sociedad de clasificación contratada al efecto Der Norske Veritas de Finlandia ha sugerido ciertos cambios en la disposición de los tanques de transporte de Gas Oil Antártico. Dichas sugerencias están siendo evaluadas tanto por Tandanor como por la Armada Argentina a efectos de maximizar la capacidad de transporte de ese combustible en función de los requerimientos estratégicos y logísticos de la campaña antártica".
La clasificación de buques da un punto de referencia sobre la seguridad y fiabilidad de la nave a las autoridades nacionales. Se valora la resistencia estructural, la fiabilidad de las máquinas, así como la confirmación de que el diseño cumple las reglas de clasificación para ese tipo determinado de buque.

Retraso

Si se quiere contar con la clasificación de DNV, Tandanor debería acatar las indicaciones de seguridad en torno a la ingeniería de detalle, hecho que motivará un retraso necesario pero inaceptable para la política. La alternativa para zanjar la demora y acercarse a los plazos políticos que maneja el ministerio es salir de la clasificación. Más claro, rechazar los servicios de DNV y que el rompehielos carezca de certificado de clasificación. No es un dato menor. La zona de operaciones del Irízar es la Antártida, un continente regulado por normas estrictas de seguridad y preservación de la vida humana, amén de las reglamentaciones internacionales derivadas del Tratado del Antártico. El certificado de clasificación es facultativo (no obligatorio) pero otorga confianza de que se ha cumplido con los estándares técnicos adecuados durante el proceso de diseño, construcción o reparación y sobre los materiales. El alto mando naval quiere estar a resguardo luego del incendio del Irízar, los innumerables accidentes de cruceros antárticos a posteriori del siniestro del rompehielos también influyeron para contratar la auditoría de DNV. (Fuente: Ámbito Financiero).