Se desvanecen las chances de esclarecer la brutal agresión a taxista ocurrida en 2007

12/05/2010
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Jorge Berruti lo atacó una patota de al menos diez jóvenes. Sufrió lesiones cerebrales permanentes que le dificultan el habla y varias funciones motrices. Tampoco puede volver a trabajar. Un juez había procesado a seis sospechosos del ataque. Pero la Cámara de Apelaciones dictó la falta de mérito de cuatro de ellos.

La Sala Penal de la Cámara de Apelaciones de la Provincia dictó la falta de mérito de cuatro de los seis jóvenes que habían sido procesados en primera instancia por la brutal golpiza sufrida por un taxista el 7 de marzo de 2007.
De esta manera, se desdibujan las posibilidades de hallar a los culpables del brutal ataque contra Jorge Berruti, chofer del interno 200 (un Fiat Siena blanco) al que un mínimo de diez personas golpeó hasta dejarlo inconsciente en la calle. A raíz de la agresión, el taxista sufrió lesiones cerebrales permanentes que le dificultan el habla y varias funciones motrices, además de impedirle volver a trabajar.
El caso de Berruti reapareció la semana pasada en el contexto del asesinato de su colega Antonio Toledo, como una muestra del recrudecimiento de las condiciones de inseguridad durante los últimos años, y en especial entre los trabajadores del volante.
Berruti fue agredido por una patota frente al domicilio ubicado en la calle Facundo Quiroga 2361. Los atacantes le rompieron los vidrios de las ventanillas y del parabrisas. Cuando el hombre bajó del auto para intentar persuadir a sus agresores, lo golpearon hasta producirle traumatismos severos en el cráneo y varios hematomas. Lo dejaron tirado en la calle e inconsciente. Y además le robaron el estéreo, la billetera y un teléfono celular.
El 28 de abril del año pasado, el juez de instrucción Javier De Gamas Soler dictó un pronunciamiento de veintiséis páginas en el que halló elementos suficientes para acusar a Diego Gómez Alvillos, Aldo Lera, Nancy Riquelme, Enrique Morinigo, Gustavo Conde y Rapahel Miranda Hernández "como parte integrante del grupo agresor que victimizara a Berruti".
En relación a Morinigo, Riquelme y Miranda Hernández, quienes eran pasajeros del taxi cuando ocurrió el ataque, el juez ponderó el hecho de que fueron demorados cuando se retiraban "presurosos del lugar" y que si, como dijeron, permanecieron dentro del auto mientras el resto agredía al chofer, deberían haber sufrido algún tipo de lesión.
En cuanto a Gómez Alvillos, fue reconocido por testigos debido a su vestimenta, mientras que respecto de Lera, una pericia demostró que sería suya una huella levantada en el capot del auto. A Conde lo incriminó el testimonio de su ex mujer.
De Gamas procesó a los seis por "lesiones graves en agresión" al valorar que se trató de "un ataque masivo de agresión directa y continua contra el vehículo y su conductor, que en vano intentó escapar del lugar. Fue perseguido y alcanzado luego como presa fácil a unos cincuenta metros de su rodado, quedando así a merced de todos los agresores sin poder reaccionar puesto que no cesó la golpiza que le produjo heridas sangrantes de gran consideración, sobre todo en la cabeza, hasta verlo inconsciente y desplomado en medio de la calzada", sostiene el auto de procesamiento.

Marcha atrás

Sin embargo, en una resolución dictada en marzo de este año y que trascendió ahora, la Cámara de Apelaciones resolvió desprocesar a Conde, Riquelme, Morinigo y Miranda Hernández, dictando en su lugar la falta de mérito para todos ellos.
Sobre la situación de Conde, los camaristas hicieron lugar a un planteo del abogado defensor, en el sentido de que no podrían haberse valorado los dichos de su ex mujer, mientras que en relación a los tres pasajeros del taxi, los jueces también admitieron como válidos los argumentos de la defensa.
Para el tribunal de alzada, "no resulta contrario a la lógica que un chico de 18 años, en el contexto del hecho, se retire presurosamente del lugar", y en todo caso "no resulta una cuestión decisiva". Por su parte, no podría afirmarse a ciencia cierta que tres personas sentadas en el asiento posterior de un auto atacado, resultarán necesariamente lastimadas, afirmaron los magistrados.
Si bien Riquelme tenía en la botamanga del pantalón restos de vidrio que se correspondían con los del auto, para los jueces, ello "no acredita que haya ejercido violencia sobre la persona del lesionado".
El expediente sobre este caso volvió a la etapa de instrucción a los efectos de que se sustancien nuevas medidas probatorias, aunque las chances de esclarecer la agresión al taxista Berruti parecen desvanecerse cada vez más con el paso del tiempo.

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