Había sido absuelto por un homicidio cometido en Ushuaia

Balearon en Santa Fe a uno de los ex detenidos por el crimen de Prada

28/09/2010
S
egún informó el diario Uno, Héctor Omar Caraffa recibió cuatro disparos de arma de fuego durante un incidente registrado el 22 de septiembre a las 11.30, en el patio de la manzana 11 del barrio Fonavi San Jerónimo.
Caraffa, de 27 años, fue trasladado al hospital José María Cullen, en estado delicado. Las heridas de bala que presentaba eran dos en el tórax, una en la pierna izquierda y otra en el brazo izquierdo.
De acuerdo a la información difundida por el medio gráfico santafecino, el sujeto fue operado de urgencia y quedó internado en observación.
El caso trascendió cuando vecinos del barrio llamaron por teléfono a la central de comunicaciones policiales 911 y denunciaron lo que estaba pasando en el barrio, que había empezado minutos después de las 6, y que cada hora y media recrudecía con nuevos disparos.
Después, varios patrulleros de distintas dependencias policiales llegaron al lugar y encontraron a Caraffa malherido. La policía allanó más tarde una vivienda, secuestró un revólver calibre 38, marca Special, con cuatro vainas servidas y dos proyectiles intactos y detuvo a un hombre de 26 años como el presunto agresor.
En un fallo dictado por los jueces Roberto Magraner, Alejandro Pagano Zavalía y Maximiliano García Arpón, Caraffa había resultado absuelto del crimen de Prada, junto con el también santafecino Gustavo Farías y los residentes fueguinos Angel Avanzato y Gustavo Zapata.
Según el alegato que había prestado la fiscal Karina Echazú, el autor intelectual del homicidio sería un sujeto de nombre Diego Pérez, apodado diente, que está prófugo de la Justicia. Pérez habría contratado a los hermanos Gustavo y Maximiliano Farías (este último también prófugo) además de a Caraffa, para que vinieran a Ushuaia a cometer el asesinato. Por su parte Zapata y Avanzato habían sido considerados los contactos locales que proveyeron parte de la logística para que se pudiera concretar el hecho y habrían realizado tareas de seguimiento de la víctima.
Sin embargo, los jueces valoraron la falta de pruebas contundentes contra los acusados, y no se convencieron durante el juicio con el cuadro de indicios planteado por los acusadores. Por ejemplo el “profuso” intercambio de llamadas telefónicas y mensajes de texto entre los sospechosos durante los momentos anteriores al crimen, y el hecho de que, según pericias, todos se encontraran muy próximos al domicilio de Prada.


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