Colaboración - Festival de Ushuaia – VII Edición

Excelente música de cámara y un estreno mundial

13/04/2011
P
or: Pepe García
[email protected]

Este domingo 10, el grueso de los músicos del Festival, Orquesta de Moscú y Coro, con sus respectivos Directores, viajaron a Río Grande a brindar su arte, algo sanamente acostumbrado. Este hecho dio lugar a otra sana costumbre: la interpretación de Música de Cámara a cargo de miembros de la Universidad de Música y Arte de Graz (Austria). En la presente oportunidad se presentó el Trío Alba, integrado por Chengcheng Zhao en piano (China), Livia Sellín, violinista alemana y Philipp Comploi en violoncello (Austria). Diré que en un gesto de humildad digno del mayor elogio, la gran artista Katia Borissova tomó a su cargo la tarea de pasar las hojas de la partitura de la pianista; un gesto poco común que merece destacarse. Comentaré ahora algo sobre las ejecuciones. Se dice, con razón, que los grupos de cámara demuestran la forma óptima de ejecutar música, ya que además de la buena técnica, el conjunto debe tocar ajustadamente, dejando de lado cualquier intención de sobresalir unos a expensas de otros, sin hablar de que cualquier falla se nota inmediatamente. La Gala comenzó con un Trío de Mozart (1756-1791), en do mayor KV 548. Ya se sabe que el salzburgués compuso todo tipo de música en los pocos años que vivió. Aclaremos que el Trío Alba está conformado por ejecutantes altamente eficaces, no obstante su juventud. Abordaron esta hermosa obra de Mozart con gran estilo y calidad. En el 1º mov., el autor le otorga cierta preeminencia al piano y al violín (que tocaron en forma notable). Luego, en los movimientos siguientes, la intervención de los instrumentos se equilibró. Seguidamente se pudo oír una pieza de Kelly-Mary Murphy, compuesta el 1997 con el título de “Dame alas de fénix para volar”. Se trata de una composición moderna, con recursos variados y llamativos, pero dentro de ciertos límites, que eluden extravagancias. Personalmente le encuentro cierta similitud con algunas creaciones de Piazzolla. El Trío se lució en la interpretación, realmente extraordinaria. La última obra programada fue una obra de R. Schumann (1810-1856), el Trío op. 63. La interpretación fue perfecta (si la perfección existiera). Fue notable como los ejecutantes llevaron a cabo la fuerza, el ímpetu, inclusive los arrebatos del autor. Fuera de Programa nos ofrecieron un conmovedor movimiento del uno de los hermosos Tríos de Franz Schubert y finalizaron con una animada y exigente pieza de Haydn; a solicitud del cellista, Margareta Uliarte explicó que se trataba de un premio que se les ofrecía a los niños para que fueran a dormir. En resumen, se trató de una Gala de calidad superlativa. Al día siguiente, lunes 11, utilizando como sede la Panadería del Presidio, se produjo el estreno mundial de la ópera lírica multimedia “Tierra del Fuego” (el misterio del origen), op.111, compuesta en 2009. La ejecución estuvo a cargo del autor, Mauricio Annunziata (piano). Intervinieron cuatro cantantes y una gran pantalla ilustró con fotografías y textos explicativos, aquello que los cantantes expresaban. El autor explicó como se desarrollarían las partes cantadas, con textos tomados de leyendas fueguinas; realizó una aclaración valiosa al expresar que la forma de cantar proviene de la forma de hablar, de la prosodia, siendo esta característica válida para todos los pueblos. En el caso de esta obra utilizó grabaciones habladas por aborígenes que le dieron las bases para organizar el canto. Este canto resulta muy difícil de ejecutar porque están compuestos en forma de recitativos, sin melodías, sino acentuaciones en los pasajes que lo exigen. Como observación, diré que las partes a cargo del piano tienen un carácter que no combina con la naturaleza de la forma de expresarse en el canto; por momentos parecen (los pasajes del piano) como compuestos por autores que podrían corresponder a los períodos clásicos o románticos. La presentación fue magnífica y debo confesar que esperaba que la obra fuera tan moderna en su música, que resultara ininteligible, algo que podría suceder. Pero hay que destacar que en esta ópera se muestra gran sobriedad y no incluye efectos “locos”, como dijo alguien del público. Creo que puede afirmarse que la obra es sobria, bien construida. El autor es un excelente pianista, calidad que se extiende a los cantantes, cuyo desempeño merece los mayores elogios Quienes, como el que esto escribe, esperábamos una creación extraña, nos encontramos con una creación noble, sólida, accesible, bien construida; en realidad, no se trata de de una ópera en su sentido tradicional, quizás sería más adecuado llamarlo oratorio. Pero lo dicho es una opinión y no es mi intención enmendarle la plana al autor a quien, opino, habría que brindarle las merecidas felicitaciones.
Etiquetas