D
esde hace un tiempo se está tratando de concretar una novedosa competencia que, si bien es común en diversas partes del planeta, en estas latitudes no es habitual. Se trata de emular la tradicional competencia automovilística denominada Gran Premio de la Hermandad, la cual recorre territorio tanto de la Tierra del Fuego Argentina como chilena. La gran diferencia de esta inédita competencia que se está planeando es que se haría utilizando autos antiguos que alguna vez estuvieron presentes en el GPH y recorrer los mismos caminos pero en modalidad de carrera de regularidad.
Desde hace unos años se percibe que el ánimo de los propietarios de autos clásicos por recrear las grandes pruebas que ha ido en aumento. El Rally de Montecarlo, las 24 Horas de Le Mans y las Mile Miglia italianas son tres de los más grandes ejemplos que podemos encontrar en Europa que hoy tienen su recreación para autos clásicos. Más cerca tenemos el 19 Capitales uruguayo y el Gran Premio Histórico de Argentina como pruebas que tratan de recrear aquellas grandes carreras de autos de turismo.
¿Qué es un auto clásico? Es aquel vehículo que por antigüedad puede tener significación histórica sin tener en cuenta su valor económico. 25 años es una media aceptada como para que el rodado sea considerado clásico, algunos lo toman desde que se fabricó ese coche en particular y otros desde que salió la última unidad de la fábrica con esas mismas características técnicas; como sea, son muchos años para unidades que fueron pensadas para circular en otras rutas, con otros lubricantes y sin pensar años atrás que hoy se los consideraría como de colección. Muchos autos se han ido perdiendo por accidentes, mal trato o simplemente porque dejaron de cumplir con su principal cometido.
El Gran Premio de la Hermandad Histórico tratará de recuperar aquellos modelos que colaboraron a engrandecer una carrera que hoy es considerada como única y una de las pocas del mundo que aun se desarrolla sobre caminos que se cierran para el público, y sin hacer aduana, pasar de un país a otro uniendo dos ciudades hermanas.
Muchos de aquellos primeros modelos aun ruedan. Qué mejor que recuperarlos y volver a recorrer aquellos caminos que los hicieron grandes en aquel momento disputando el GPH. Fiat 128, Toyota Starlet o Renault 18 son solo ejemplos de los modelos que podrían volver a pasar por Cameron a una velocidad moderada porque su mecánica actual nunca igualaría la capacidad que tenían en los años 80 cuando eran nuevos o con muy pocos años de uso encima.
Esta competencia está considerada como una prueba de regularidad, que es una manera de dominar el automóvil. Se trata de llevar con precisión de centésimas una hoja de ruta que muestra velocidades exactas que cumplir, tiempos medidos con precisión de centésimas y señales viales que hacen posible seguir las indicaciones que el navegante, cronómetro en mano, le indica al piloto. Éste es el que debe tratar de llevar el auto con mucha sensibilidad en lo que a velocidad se refiere.
El desafío está planteado. Recorrer los mismos caminos y en los mismos modelos que lo hicieron los pioneros del GPH. La idea de poner en marcha el primer GPHH es en noviembre del año que viene.
