Educación en Tierra del Fuego

La burocracia complica el mantenimiento de escuelas de Ushuaia

16/10/2011
V
arios establecimientos educativos de Ushuaia fueron noticia en las últimas semanas, ante diversos reclamos en materia edilicia y faltante de insumos que complican el normal funcionamiento cotidiano de las instituciones. Y pese a que autoridades del Ministerio de Educación de la Provincia se esfuerzan en mostrar que las condiciones están dadas para garantizar las clases, EDFM realizó un relevamiento en al menos dieciséis escuelas y colegios públicos de la ciudad para conocer la real situación de cada uno y se constató que los inconvenientes son una constante.
A poco de finalizar el ciclo lectivo 2011, en materia edilicia existen múltiples reclamos de larga data que no prosperan ante el complejo circuito administrativo del Estado, que para la mayoría de los denunciantes es “demasiado lento”. Principalmente para un área tan dinámica como es la educación pública, que requiere de una respuesta inmediata a necesidades básicas. Uno de los problemas comunes es la falta de insumos de limpieza, que en general son “de pésima calidad y de baja rendición” para garantizar una higiene profunda. También se denunciaron importantes demoras en la entrega de materiales, entre otras situaciones irregulares que se resuelven de manera paliativa, por lo que a la larga las problemáticas vuelven a aflorar una y otra vez; sobre todos en aquellos edificios que funcionan a pleno en varios turnos.
No obstante, como contrapartida a esto surge la organización interna y “la buena voluntad de del equipo educativo y de limpieza”, que se las rebusca para subsanar las carencias. Así aparecen las “vaquitas”, donde todos con alguna contribución de dinero aportan a la causa para la compra de insumos básicos como bolsas de residuos, lavandinas –entre otros– que escasean por estos días en todos los establecimientos consultados. Las cooperadoras, kioscos y distintos emprendimientos, como sorteos habituales de canastas familiares, también juegan un rol fundamental para cubrir la escasez permanente.
En tanto, la famosa “Caja chica” que a principio de este ciclo lectivo el Ministerio de Educación había anunciado con bombos y platillos mediante gacetilla de prensa para todos los establecimientos escolares, en ninguna de las instituciones visitadas se ejecuta. Justamente este dispositivo serviría para evitar este tipo de situación, ya que este fondo permitiría cubrir gastos menores, sin la necesidad de someterse a los vericuetos del circuito burocrático estatal.

Una realidad que se repite

Cabe destacar que en el transcurso de este recorrido realizado por este medio, en los últimos días, se pudo observar que en los dieciséis establecimientos visitados predominan la falta de picaportes, las roturas de aberturas, falta de tubos de luz –asimismo muchos de los que están colocados no cuentan con seguridad correspondiente– como así también pérdidas de agua en los radiadores. Éstas son algunas de las postales que no dejaron de repetirse.
El Colegio Ernesto Sábato ya es un exponente de esta situación que viven los establecimientos públicos de la capital fueguina. Este año autoridades y alumnos denunciaron hasta el cansancio los serios problemas que tienen para calefaccionar la planta alta del edificio del barrio la Oca lo que ocasionó que unos ochenta alumnos no tuvieran clases el mes pasado y se mantuvieran haciendo un piquete frente al establecimiento una semana completa. Por esta razón, la institución continuamente es foco de conflicto, ya que se trata de un reclamo de largo tiempo, que continuamente es resuelto de manera paliativa. Incluso, aun resta que se concluya la tercera etapa de construcción de la obra.
En tanto, en septiembre trascendió que una cañería averiada de la Escuela N° 16 derramó miles de litros de agua potable a una boca de tormenta debido a que desde “Servicios Generales del Gobierno Provincial no cambió a tiempo el flotante de la cisterna aledaña”.
Una autoridad de la escuela Nº 15 manifestó que “el material que nos traen (la cartera educativa) es mínimo, justo y necesario, lo que hacemos es fraccionarlo bien y no esperar a quedarnos sin nada para pedir”, ya que según comentaron “el mayor problema que hay es la distribución, por lo que muchas veces optamos por ir a buscarlos a los depósitos de Educación”. “Tradicionalmente esta escuela de es auto gestión y el personal es muy colaborador por lo que no esperamos y buscamos subsanar nosotros los temas menores para evitar esperas”, comentaron en la escuela del barrio San Vicente de Paul.
En ese sentido, otra fuente observó que “a pesar de la tardanza, la mayoría de los reclamos se resuelven, pero lo más difícil es lograr una articulación entre infraestructura escolar y servicios generales, por lo que en algunas situaciones no queda muy en claro a quien le corresponde intervenir”, agregaron.
En el Colegio Los Andes, días atrás, indicaron que “hasta ayer la escuela estuvo funcionando con un solo baño”, motivo por el cual “realizamos muchos reclamos a servicios generales, que por estar de paro tardó dos meses en venir a subsanar el problema, y solo una parte de lo pedido”.
Del mismo modo, una alta autoridad del Colegio José Martí comentó que a principios de este mes “se arregló un baño con un alambre y vemos que hay mucha lentitud en el área, dependiente de Obras Públicas para resolver problemas de la escuela”. Ejemplificó diciendo que “para resolver un inconveniente en la calefacción, en tres aulas se rompió mampostería antes de las vacaciones de invierno, pero los boquetes todavía no fueron cubiertos a pesar de los reiterados reclamos enviados”.
Otra de las situaciones estructurales aún no resueltas en la institución de Fadul al 100 es además “una rampa de escape que no coincide con las puertas de salida de emergencia”, que linda en la parte de atrás del edificio. En el caso del Centro Polivalente de Arte se pudo cotejar que, desde hace un año, un aula se encuentra clausurada puesto que deben realizarse algunos estudios técnicos, para su posterior reacondicionamiento. Es de público conocimiento, además que el tema del suministro de gas es otro tema estructural que aun resta por dar una solución en el colegio de enseñanza artística.

Historias repetidas

“A principio de año se hizo un relevo sobre la cuestión edilicia” contó una directiva del Colegio José María Sobral e incluso aseguró que “se insistió con tres notas durante el ciclo para pedir soluciones a varias falencias que tienen las aulas en cuanto, a roturas de ventanas, cielo raso, picaportes, puertas, pero hasta el momento no tuvimos respuesta”, sostuvo la entrevistada.
La Escuela Nº 39 del barrio 640 Viviendas coincidió en que “todos los reclamos realizados son bastantes lentos, porque parece las notas tiene un recorrido muy largo”. Manifestó que “por ejemplo, cuando pedimos los insumos de limpieza a Educación, a veces nos contestan que no hay presupuesto, cuando lo tienen no tienen la movilidad y nosotros tenemos que ir con nuestro auto a buscarlo”. Por su parte, la Escuela Nº 9 manifiestan también que “los artículos de limpieza son muy pocos para las necesidades de la Escuela” y confirmaron que “en todo el año no recibimos ningún aporte de ninguna índole, solo dos resmas de hojas cada 15 días”. Así comentaron que “el resto de los insumos se compra con el kiosco del establecimiento y con el esfuerzo de todo el personal docente y no docente” y aseveraron que “cuando estamos ante una emergencia nos autoabastecemos para evitar que se suspendan las clases”.
Todas estas situaciones expuestas en colegios y escuelas de Ushuaia no revisten extrema gravedad, no obstante estos reclamos insatisfechos son obstáculos que en forma permanente complican la actividad cotidiana de las comunidades educativas. Por lo tanto, urge que el estado genere los dispositivos necesarios para que desde los establecimientos educativos fueguinos logren sortear los obstáculos enquistados por la burocracia estatal. Esto también es parte de la calidad educativa.
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