Involucra a un joven de 27 años acusado de matar a otro

Empieza mañana un juicio por homicidio

07/11/2011
E
l juicio oral y público contra un joven de 27 años acusado de matar a otro de un puntazo en el tórax, durante un incidente ocurrido el 5 de enero en la puerta de un local bailable, comenzará mañana en la sala de audiencias de tribunales.
La causa investiga el homicidio de Nicolás Molla, de 21 años, a quien Darío Antonio Ocampo le habría asestado una puñalada debajo del homóplato, tras una discusión verbal a la salida de Candilejas, ubicado en Antártida Argentina y Deloqui, aproximadamente a las 2.15 de la madrugada y en presencia de testigos.
Ocampo escapó del lugar en el interior de un automóvil Chevette azul aunque de inmediato la Policía detuvo primero a uno de sus acompañantes y luego a él.
Además, el joven se encontraba en libertad de condicional, cumpliendo una condena a diez años de prisión por el abuso sexual de una joven en el interior de una vivienda de Río Grande. Había llegado a Ushuaia en compañía de unos amigos con quienes concurrió al local nocturno.
Desde el punto de vida de la investigación penal, la situación de Ocampo es muy comprometida. La Policía secuestró ropa del sospechoso con sangre que pertenecería a la víctima, además de una navaja que, según pericias, es compatible con el tipo de lesión que recibió Moya.
No sólo eso. La jueza María Cristina Barrionuevo le tomó testimonio a varias personas que sindican a Ocampo como el agresor. El hombre se había negado a declarar en una primera oportunidad, pero luego amplió la indagatoria y dio detalles que lo sitúan en la escena del crimen, aunque dijo “no recordar” el momento de la pelea con la víctima, y mucho menos haberlo apuñalado.
Un dato que trascendió es que la discusión previa al ataque con el arma blanca habría sido con una persona distinta a la que sufrió la agresión. Moya habría intervenido para separar a los contrincantes cuando recibió el puntazo.

Predisposición genética

Por otra parte, la causa pondrá en debate un argumento médico incorporado por la defensa del acusado: una enfermedad genética que padece el supuesto agresor y que lo predispondría a la agresividad.
Se trata del Síndrome del cromosoma X frágil, o Frágil X. Al parecer varios integrantes de la familia del imputado por línea materna sufren esa enfermedad, que se transmite con más facilidad de madres a hijos varones.
El síndrome (SXF), también conocido como síndrome de Martin–Bell, “es un trastorno hereditario que ocasiona retraso mental, pudiendo ser éste desde moderado a severo, y siendo la segunda causa genética del mismo, sólo superada por el síndrome de Down“, puede leerse en sitios web especializados
“La causa genética del síndrome es un tipo de mutación conocido como expansión de repeticiones de trinucleótidos, que supone el incremento en la descendencia del número de repeticiones de tres bases del ADN. Este tipo de mutación está asociado con el fenómeno de la anticipación, que se manifiesta como un aumento de la gravedad de los síntomas en sucesivas generaciones”, menciona las mismas fuentes. Y también agregan que “generalmente, los pacientes de síndrome del X frágil presentan pobre o nulo contacto visual y son habituales los periodos de agresividad alternados con periodos de notable timidez”.

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