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urante el último fin de semana, cuando con mis amigos apagaba el segundo incendio que había encontrado en la zona del lago Yacush, del cual nada había tenido que ver, me preguntaba qué pasó con la reserva corazón de la isla.
La temporada pasada me hice presente en la zona para disfrutar de ese ambiente único de nuestra isla constatando con alegría la presencia de guarda parques en el lugar y cartelera al ingreso de la reserva, lamentablemente en lo que va de los últimos 4 meses, y luego de reiteradas visitas, verifiqué la ausencia total de cualquier presencia de control en la zona. En la sociedad en que vivimos en la actualidad eso equivale lamentablemente a vandalismo, depredación de la fauna y flora, impacto en el medio ambiente, sin contar con el pésimo uso y manejo que tenemos del fuego. A este ritmo vamos camino a destruir el ecosistema único que tenemos, en poco tiempo.
Mi reflexión ante los Entes que estén a cargo llevar estos y nuevos proyectos adelante es que evaluemos si estos proyectos son meros anuncios y obras aislada o si en verdad tienen sustentabilidad en el tiempo, que determinen un compromiso serio de asumir el control necesario sobre las reservas, porque ¿Para algo fue creada como reserva, no?, ¡Carteles y señales no hacen a un área protegida! Las áreas protegidas tienen planes de manejo, presupuesto, monitoreo y presencia constante de personal idóneo en las mismas para garantizar su sustentabilidad en el tiempo.
Si nos remitimos a simplemente observar el plan de manejo establecido para la Reserva Corazón de la Isla, que lo podemos encontrar en el propio Sitio WEB oficial de la Provincia, me deja un sin sabor mayor, por la cantidad de objetivos y misiones a desarrollar que no se ven tuteladas, que a modo de ejemplo les nombro: proteger el paisaje, la diversidad biológica, conservar el patrimonio cultural, y más.
Hoy la reserva Corazón de la Isla que seguramente habrá formado parte de más de un discurso político está abandonada la gran mayoría del tiempo!
Daniel Catania
