Muestra para todo público hasta el domingo 25

El Monte Cervantes en el Paseo del Fuego

08/03/2012
E
n la primera actividad anual conjunta que desarrollará la Municipalidad de Ushuaia –a través de la Subsecretaría de Cultura–, y el Paseo del Fuego Shopping Center, este sábado se inaugura la muestra “Monte Cervantes… Diario de un naufragio”, que podrá visitarse a partir de mañana sábado 10, hasta al domingo 25 de marzo en el segundo piso del shopping, ubicado en la avenida Perito Moreno, al lado del Supermercado La Anónima.
En la muestra se puede conocer la historia del buque hundido en enero de 1930 en aguas del Canal Beagle, observar objetos rescatados del hundimiento, por el buzo oceanográfico Héctor Monsalve, recorrer las excelentes imágenes y disfrutar de una recopilación filmográfica realizada por los pasajeros que protagonizaron el naufragio.

El “Monte Cervantes”

El Monte Cervantes era un crucero de 160 metros de eslora, que hacía la ruta Buenos Aires, Puerto Madryn (Chubut), Punta Arenas (Chile), Ushuaia, Buenos Aires, bajo bandera alemana, perteneciente a la Compañía Hamburgo Sud Americana.
Habiendo partido el 22 de enero de 1930 de Ushuaia con 350 tripulantes y 1200 pasajeros a bordo, varó contra unas rocas sumergidas (probablemente las “Pan de Indio”, cerca de los islotes Les Eclaireurs, a las 9 de la mañana.
Por el impacto, se abrió un rumbo a proa, y el barco comenzó a inundarse. Después de analizar la situación, y ante el peligro de hundimiento, su capitán Theodor Dreyer, ordenó evacuar el barco. Él permaneció a bordo con unos pocos integrantes de su tripulación. Todos los pasajeros fueron salvados, junto con algunas de sus pertenencias.
El Cervantes permaneció a flote por veinticuatro horas más, y luego, durante la bajamar, dió una vuelta campana, produciendo la única víctima del accidente: su capitán. El crucero permaneció parcialmente sumergido, y fijo a algunas rocas por su popa.
Ushuaia tenía en esos años una población de no más de 800 habitantes. Es fácil imaginar el impacto de 1500 nuevas personas en la ciudad. Fueron distribuidas en casas de familia, e incluso en la prisión, donde los internos compartieron sus alimentos con los nuevos visitantes.
Después de 11 largos años de intenso trabajo, buzos de la compañía Salvamar lograron liberar el casco de su varadura. El barco fue dividido en dos partes, y con ayuda de 4 remolcadores (uno de ellos, el Saint Christopher, se encuentra todavía parcialmente a flote en las proximidades de nuestro puerto), se trató de llevar el casco hacia Ushuaia. De repente, y luego de una desafortunada maniobra, el barco comenzó a hacer agua y se hundió para siempre en las aguas del Canal Beagle.
Hace unos pocos años buzos locales lo encontraron. Lo que ellos hallaron fue la superestructura, con sus cubiertas, mástiles y el resto de la obra muerta, en profundidades que van de los 35 a 45 metros. El casco permanece a más de 100 de profundidad, en algún lugar al sur de los islotes Les Eclaireurs, más allá de los límites del buceo deportivo.
Su historia, que es parte de la historia de nuestra ciudad, puede apreciarse en esta segunda presentación que la Municipalidad de Ushuaia y el Paseo del Fuego, ponen en exposición a partir de mañana.

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