E
n sintonía con lo dispuesto por la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos y lo ya resuelto por otras provincias, el Poder Ejecutivo de Tierra del Fuego intimó el viernes pasado a Repsol–YPF para que presente un informe sobre las inversiones realizadas y a realizar el yacimiento off–shore Lobo y precise las razones por las que ese área de 43 kilómetros cuadrados nunca entró en fase de producción.
El secretario de Hidrocarburos, Omar Nogar, señaló que el área ubicada al sur de la boca de la bahía San Sebastián está en poder de YPF desde la década de los 90, y que de la información con que se cuente “en un principio YPF hizo tareas de exploración, pero lo nunca hizo fue explotación”, por la cuál se intimó a que la empresa precise las razones de ello.
Si bien señaló que deben aguardar a recibir la repuesta de la petrolera, dijo que en “en principio no vemos motivos que justifiquen la no producción del área”.
Aseguró que la situación de Lobo se detectó en el marco del proceso de revisión integral que desde el área a su cargo se está haciendo de las concesiones de dominio de la provincia, negando de esta manera que la revisión se limite a una determina empresa. Agregó que también se va a intimar a Repsol–YPF/ENAP–Sipetrol para que informen porqué desde hace más de 1 año que el yacimiento off shore Poseidón “no está produciendo”.
En cuanto la situación de las demás petroleras que operan en la Provincia, dijo que “están bien”, incluso aquellos yacimientos en los que empresas Apache y Repsol–YPF están asociadas, y que alcanzan el 33% de la operaciones de la primera.
La intimación a Repsol–YPF causó sorpresa, ya que de la información suministrada el año pasado por la secretaría de Hidrocarburos se desprendía que YPF no tenía áreas de exploración y explotación en Tierra del Fuego. Es más, el yacimiento Lobo aparecía identificado como de la Provincia.
Ex funcionarios de la Secretaría precisaron que ello respondió a que al momento de elaborar esa información no se había podido acceder a la totalidad de la documentación vinculada a esa concesión.
De acuerdo a los datos a los que se pudo acceder por Internet, Repsol–YPF habría realizado sus últimas inversiones en Lobo entre diciembre de 2003 y enero de 2004.
En ese entonces, contrató a la empresa Geomarine para la instalación de una red GPS de alta precisión y se realizaron estudios de fondo marino, a efectos de realizar el mapeo de los obstáculos propios de la restinga para determinar los lugares de riesgo.
