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l pasado 4 de abril se cumplieron 6 años del asesinato de Carlos Fuentealba. Ese día se realizó en Neuquén el pre estreno nacional de la película “En obra”; en Buenos Aires la presentación fue el pasado 9 de abril en el Cine Monumental, y por estos días la película se está presentando en la Patagonia.
Hoy martes se la podrá ver, desde las 19 horas, en el Centro Polivalente de Arte de Ushuaia, y el miércoles a las 20 se exhibirá en el Gimnasio de la Unión Obrera Metalúrgica de Río Grande, en la zona del barrio Mutual.
El documental, de 99 minutos de duración, fue dirigido por el cineasta Damián Finvarb, autor de “La crisis causó dos nuevas muertes” (2006), y el periodista Ariel Borenstein. La película se realizó con fondos del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), en el marco de un programa que se implementó luego de la lucha del movimiento de documentalistas que cobró impulso luego del Argentinazo.
La película muestra al docente que una y otra vez se expuso a la represión desatada en Neuquén el 4 de abril de 2007 para ayudar a compañeras y compañeros a replegarse. Pese a su juventud, Carlos Fuentealba llegó ese día a la Ruta 22 con casi dos décadas de experiencia en la lucha de clases. Fue a fines de los '80, cuando se acerca al MAS, impactado por la lucha de los obreros de la construcción, que partía de las históricas huelgas en el Chocón en los '70 y que en la década siguiente tuvo su pico con la caminata desde la represa de Piedra del Aguila, en plena construcción, a la capital neuquina.
En 1989, la Lista Naranja encabezada por Alcides Christiansen, gana la UOCRA, y Fuentealba se integra a trabajar desde la administración del sindicato, al que no llegaba un peso desde la conducción central de Alejo Farías y Gerardo Martínez. Fuentealba era uno de los que iba a las obras a explicar a los trabajadores que el gremio sólo podía funcionar con el financiamiento de los propios obreros. Por su físico, pero centralmente por su seriedad pese a su juventud, tomó también tareas de seguridad, ante una burocracia de armas tomar. Pese a su perfil bajo, cumplió un rol destacado en la defensa del sindicato ante los intentos de Martínez de desalojar al clasismo, que finalmente se concretó a fines del '91.
En plena desocupación, Carlos también volvió a poner el cuerpo cuando en el '95 más de 500 desocupados toman la Casa de Gobierno del Neuquén. Fue a colaborar en una parada brava pese a que no era parte de ese proceso, y estuvo en la primera fila enfrentando la represión desatada en plena gobernación. Después Horacio Panario y luego Alcides Christiansen terminaron presos. Un año después llegó el estallido en Cutral Có.
Fuentealba encontró un nuevo ámbito de lucha en la docencia, a la que se acercó influenciado por su compañera Sandra. Metido de lleno en el conflicto del 2007, votó en contra de la medida del corte en Arroyito, impulsada por la conducción de ATEN por entonces encabezada por Guagliardo. Opinaba que quedaban expuestos a la represión y aislados, a 50 kilómetros de la Capital. Sin embargo, su responsabilidad hizo que definiera actuar como actuó. En aquel tiempo el Nuevo Mas daba sus primeros pasos en la provincia y Carlos empezaba a participar junto a su compañero Alcides Christiansen.
Los distintos momentos de Fuentealba en las distintas luchas de los trabajadores en la provincia se desarrollan en el documental a través de sus compañeros, quienes además de hablar de Carlos hablan de sí mismos y de la propia lucha colectiva, aspectos imposibles de separar. Durante la película aparecen compañeros de la UOCRA, de los tiempos de la lucha de los desocupados, y por supuesto, las maestras. Al mismo tiempo, abunda el material de archivo audiovisual y gráfico.
El documental busca recuperar la memoria obrera y socialista de Fuentealba, según señalan sus autores.
