E
l Tribunal Oral en lo Criminal de Ushuaia, constituido por los jueces subrogantes Javier de Gamas Soler (juez de instrucción) Guillermo González (juez de Ejecución) y Felicitas Maiztegui Marcó (jueza Correccional), realizará desde hoy el segundo juicio oral y público por el homicidio de Claudio Omar Prada, ocurrido en junio de 2009.
El primer procedimiento, realizado en 2010, fue anulado luego de un fallo del Superior Tribunal de Justicia que detectó irregularidades en la evaluación de las pruebas.
Los jueces había absuelto por el beneficio de la duda a los cuatro sospechosos: Gustavo Ariel Farías, Héctor Omar Caraffa (ambos oriundos de la provincia de Santa Fe) Gustavo Adrián Zapata y Ángel Alberto Avanzato. Un quinto sospechoso, Maximiliano Oscar Farías, se encontraba prófugo.
El pronunciamiento del STJ determinó que debían ser juzgados otra vez Farías, Caraffa y Zapata. En cuanto a Maximiliano Farías, hermano del otro co imputado, fue detenido en Santa Fe este año, trasladado a Ushuaia y procesado por el crimen, por lo que también está en condiciones de ser juzgado.
Según trascendió ayer, cabe la posibilidad de que algunos de los acusados no se presenten a la primera audiencia del juicio previsto para hoy a las 9 en el edificio de Tribunales de Monte Gallinero. Si ello sucede, podrían ser declarados en rebeldía y se ordenará su captura.
Prada fue ultimado en su domicilio del barrio Río Pipo, el 19 de junio de 2009. Lo golpearon y le dispararon en la cabeza por un supuesto ajuste de cuentas.
La clave que determinó la anulación del primer juzgamiento fue una nueva interpretación sobre el horario de muerte de la víctima. Según el Tribunal Oral, el fallecimiento se produjo después de las 18 del viernes 19 de junio de 2009. Y en esa fecha y hora, los acusados se encontraban ya en Río Grande, donde poco después abordaron un avión a Buenos Aires.
La Fiscalía y la querella sostienen, en cambio, que Prada murió antes de las 7 de la mañana de ese viernes, lo que ubica a los sospechosos en Ushuaia, donde se produjo el crimen.
La controversia fue alimentada por el grado de imprecisión que arrojó el informe de autopsia, realizado por el perito Carlos Alegre Gervasoni. Después de una serie de cavilaciones, Gervasoni ubicó el horario de la muerte entre las 9.45 del 15 de junio y las 9.45 del 21 de junio (o sea en un período de seis días).
Luego de evaluar testimonios y otros indicios debatidos durante el juicio, el Superior Tribunal concluyó que la víctima “fue sorprendida por sus atacantes cuando ingresó a la vivienda aquella mañana” (del viernes 19).
“La decisión de tener por probado que el homicidio de Claudio Prada se produjo con posterioridad a las 18 horas del día viernes 19 de junio de 2009 no se autosustenta frente a otros extremos tenidos por probados, y la justificación ensayada en la sentencia en crisis carece de fundamento bastante. Las razones brindadas por el Tribunal resultan insuficientes, toda vez que para arribar a esa conclusión, realizó una valoración parcializada de la prueba que tuvo en cuenta, y omitió ponderar otros elementos válidamente incorporados al proceso”, aseguró el fallo de la Corte fueguina.