Carta de lectores

Sr. Rector del Colegio Integral de Educación Ushuaia (CIEU–FUNDATEC)

03/11/2013
A
ún profundamente consternado por el devenir de los acontecimientos de la semana pasada, me permito hacer unas reflexiones sobre ellos y los motivos que me llevaron a tomar la indeclinable decisión de renunciar a mi empleo en la Institución que usted dirige.
Comencé mis actividades allá por fines de julio de 2004, cuando recién llegaba a Tierra del Fuego, y el CIEU supo darme la oportunidad de ejercer mi vocación docente. Desde entonces he tratado por distintos medios y de diferentes modos de siempre dar lo mejor a los alumnos que por las aulas del CIEU transitaban su camino educativo. A lo largo de estos años puedo decir orgulloso que he cultivado amistades con profesores, preceptores, personal de maestranza y alumnos que duran más allá de los tiempos de los ciclos escolares. En ese camino he tenido el placer de conocer grandes personas, cuyos valores humanos iban mucho más allá de los profesionales y/o laborales (los cuales, por cierto, eran más que destacables). Personas, seres humanos, con quienes quizás no compartíamos el ciento por ciento de las ideas, pero con quienes nos unían ideales y proyectos de hacer nuestro trabajo a conciencia en pos de un CIEU de excelencia, tanto en la faz académica como en la de las relaciones humanas. Así, puedo mencionar a los profesores Marcela Jeréz, Carlota Marín y Guillermo Deferrari, a los preceptores Marcelo Chavez y Elisabeth Nicoliello y al personal de maestranza Carlos Arancibia, Juan Carlos Toledo y Enrique Elvas. Gente con el don de gente, seres humanos en toda su dimensión, personas que por distintas circunstancias pero con origen en una misma raíz problemática, ya no están en el CIEU.
Y me cabe irremediablemente la pregunta del millón: ¿POR QUÉ?
¿Por qué una institución educativa como el CIEU se empeña en dejar partir (o echar) a personas que abrazan la causa educativa y de los valores humanos con sinceridad y empeño asombroso?
El jueves cuando me retiraba del CIEU me tomé el trabajo de buscar a cada una de las personas que quería saludar y estaban presentes, dado que acompañaron mis jornadas laborales. También me detuve a conversar con los alumnos que estaban dando un mensaje respetuoso, ordenado, sincero, espontáneo, valiente y perseverante. A ellos les dije lo siguiente: “Cuídense, sean fuertes, luchen siempre por sus ideales y las causas justas, sepan que la vida muchas veces los pondrá en situaciones que no querrán vivir, pero que deberán atravesar con decisión y valentía, nunca se la agarren con los más débiles ni con quienes teniendo trabajo –viviendo de él– no pueden tomar la decisión apropiada libremente. Pero, cuando sientan el yugo de la opresión y puedan decidir libremente, háganlo! Les pido disculpas por irme así, pero me cansé de la hipocresía, de la falta de diálogo y de autocrítica. Los quiero y los llevaré siempre conmigo, y para lo que necesiten (siempre que sea legal, decente y/o solidario) pueden contar conmigo. ¡Hasta siempre!”
Sepa que ellos también se hacían la misma pregunta de más arriba…
Y hoy, ya más calmado y pudiendo reflexionar más objetivamente, me sigo preguntando…
¿Dónde quedó el proyecto de la Revista Escolar, en la cual alumnos del CIEU se reunían en el Colegio los sábados a partir de las 09:00 de la mañana, a pesar de que entre otras trabas, usted no les permitía tomar mate?
¿Dónde quedó el proyecto del Laboratorio de Ciencias, siendo que contamos con el baño individual más grande de toda la provincia, cuando no del país, en el lugar que usted comprometió para instalarlo?
¿Dónde quedaron los viajes de fin de año para los alumnos de 3ro Polimodal para visitar el CIERG, establecimiento educativo hermano de la ciudad de Río Grande, suspendidos seguramente entre otros motivos porque la diferencia estructural es abismal y entonces los alumnos se preguntaban por qué no tenemos al menos UN laboratorio de ciencias?
¿Dónde quedó la humanidad y la solidaridad, tan propias del espíritu sanmartiniano que usted pregona en cada acto académico y luego echa a una persona cuya esposa está con problemas de salud muy graves?
En mis años de pertenecer al CIEU–FUNDATEC consulté a la Sra. Vicerrectora actual por la posibilidad de establecer convenios con otras instituciones para poder hacer uso de las aulas satelitales que dispone el CIEU y retransmitir entre otras, charlas TEDx UTN Buenos Aires y capacitaciones para docentes y la comunidad en general, que permitieran y colaboraran a posicionar al CIEU como una institución de excelencia académica, como debiera ser ya que tiene (o supo tener) el potencial humano para serlo. Siempre la respuesta fue NO. Porque las aulas satelitales son de la Universidad, porque esto, porque aquello, pero nunca un SÍ, un DEJAME VER, un ANALICEMOS LA POSIBILIDAD… Y me vuelvo a preguntar… ¿POR QUÉ?
Hoy el CIEU cuenta con un cañón de presentaciones nuevo gracias al esfuerzo de una alumna, Josefina Dotti Felcaro, quien supo ganar un premio nacional gracias a su dedicación extraescolar (con lo que ello supone en una institución de doble jornada) y el Colegio nunca repuso en condiciones adecuadas el viejo cañón que se arruinó por el uso (necesario por cierto). Y me vuelvo a preguntar… ¿POR QUÉ?
Creo que la sociedad de Ushuaia merece que el CIEU sea una institución de verdadera excelencia académica y humana, para destacar no por sus piquetes en la puerta ni por noticias negativas, sino todo lo contrario…
El escudo del Colegio reza: “FLOREAT VERITAS”… ¡Que florezca la verdad!
Eso estamos esperando… Quienes tomamos la decisión de renunciar, quienes fueron echados, quienes nos apoyan públicamente y aquellos que lo han hecho en privado, por temor a represalias.
Saludos y que encuentre la paz espiritual que todos merecemos,

Cristián A. Petracchi
DNI. 20.202.482


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