Nota de opinión – Por: Dra. Adriana Chapperón

Precios Cuidados – Conductas Responsables

24/02/2014
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or: Dra. Adriana Chapperón

Durante el último tiempo mucho hemos escuchado hablar de los “ Precios Cuidados”.
Un número importante de economistas y funcionarios han explicado con lujo de detalles los fundamentos de esta política mientras que un grupo no menor al anterior se ha ocupado de alegar las razones por las que consideran inapropiado este rumbo de la política económica.
Como siempre, en medio de los acalorados debates, nos encontramos nosotros, los ciudadanos.
Sin embargo, en este contexto, no deberíamos ser meros espectadores pues estamos llamados a ser los principales protagonistas de este momento en nuestro país.
Sí, protagonistas, ya que está en nuestras manos dirigir cuidadosamente nuestro consumo hacia los mejores precios ( los precios cuidados); y esto no habrá de suponer una caza de brujas en el que nos erijamos en denunciantes de empresarios, distribuidores o comerciantes.
Nada de eso es necesario, estas personas pueden ser nuestros vecinos, nuestros amigos, nuestros empleadores… y ello nos colocaría en una ingrata posición.
Aquí lo que verdaderamente importa es que comprendamos que lo que nos convierte en protagonistas es nuestra condición de ser el “Mercado”.
Es así entonces que tenemos la última palabra, pues somos quienes manejan nada más y nada menos que “la demanda”; variable esta que incide directamente en los precios.
Es fundamental que tomemos conciencia de la responsabilidad que nos cabe en esta lucha contra la inflación; ese flagelo que ha causado tanto daño en nuestro país.
Ha llegado el momento de que cada trabajador comience a velar por el rendimiento del salario que tanto cuesta ganar. Ha llegado el momento de que aquellos que no tienen dificultades económicas se solidaricen con los que menos tienen y dejando de lado la trivialidad del consumismo compren de manera consciente y selectiva.
Es tiempo de asumir una actitud decidida y modificar nuestras conductas cotidianas; es tiempo de dejar de pensar que todo es responsabilidad de los otros. No caben dudas que cada uno tiene la suya, pero nosotros, los ciudadanos no podemos ni debemos mirar hacia otro lado.
Es tiempo de darnos cuenta que este país es nuestro, que nos pertenece y todo lo que aquí suceda nos atañe y nos involucra. El éxito y el fracaso de todas y cada una de las políticas de estado repercutirán directamente en nuestras vidas.
Por eso seamos dueños de nuestro destino, y haciéndonos responsables de nuestras conductas comencemos a escribir la historia en primera persona.

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