Alguna vez tenía que pasar

Y un día hubo clases en la Kayú Chénèn

18/03/2014
V
einte días después de la fecha que marcaba el calendario oficial elaborado por el Ministerio de Educación de la Provincia, ayer se inició el ciclo lectivo en la Escuela Especial Kayú Chénèn de Ushuaia. En total fueron 13 los días de clase perdidos por alumnos y docentes debido a las demoras en la reparación de los equipos de calefacción que dejaron de funcionar a principios de diciembre del año pasado.
Desde entonces se inició un verdadero calvario para la comunidad educativa de la Kayú, que durante tres largos meses reclamó una solución a las autoridades de los ministerios de Educación y Obras Públicas, al punto de movilizarse hasta la sede de la cartera educativa en busca de una respuesta que finalmente llegó el pasado sábado, cuando concluyó el recambio de las cámaras de combustión de los tres equipos de calefacción.
El inicio de las clases fue con un sencillo acto en el que prácticamente no hubo mención a los sucedido y en el que abundaron los deseos y los pedidos para que el año de desarrolle con “normalidad”. Cabe mencionar que al acto no asistió ningún representante del Gobierno provincial.
“Fue un inicio atípico, ojalá tengamos un excelente año laboral y pedagógico”, manifestó la directora Rosana Pais a padres, docentes y alumnos, previo a la presentación de los grupos de chicos y docentes de los distintos servicios.
Sin embargo, la alegría duró poco ya que a la tarde las actividades se suspendieron debido a la medida de fuerza que lleva adelante el personal no docente que responde a la Asociación Trabajadores del Estado.

Tiempo perdido

“¿Quién le devuelve el tiempo perdido a mi hijo?”, le había espetado la madre de uno de los alumnos de la Kayú al secretario de Control y Gestión del Ministerio de Educación, Marcelo Lima, cuando la comunidad educativa marchó la semana pasada a la sede de la cartera, ubicada den las 60 Viviendas de Ushuaia.
Ese tiempo perdido es justamente la mayor consecuencia que deben afrontar alumnos y docentes, tanto desde el punto de vista pedagógico como terapéutico.
Docentes de la Kayú consultadas por EDFM explicaron que los días perdidos trastocaron el trabajo planificado, ya que generalmente cada inicio de año se lleva adelante un periodo de recuperación de contenidos, seguido de una etapa diagnóstica y tras ella el inicio de la enseñanza de los nuevos contenidos. Esto requiere un lapso de tiempo en el que paralelamente se debe trabajar en la adaptación del grupo en función de los nuevos integrantes y los nuevos docentes.
Lo cierto es que para la comunidad educativa de la Kayú Chénèn el primer paso está dado: empezaron las clases. Ahora viene el reto de recuperar el tiempo perdido que atribuyeron a la “desidia” e “inoperancia” del funcionariado del Gobierno provincial.
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