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a vecina de nuestra ciudad Susana Enríquez, que el pasado 12 de abril sufrió un incendio en su vivienda el Intevu XV, perdiendo la totalidad de sus bienes, hizo un agradecimiento público al legislador Héctor Tapia por su colaboración, predisposición y esfuerzo para ayudarla a reconstruir la casa que había edificado durante treinta años. “Sólo quedó la estructura, perdí todo lo que tenía”, dijo minutos después del siniestro.
Muchas personas, instituciones y referentes políticos se acercaron para ofrecerle “una mano”. Muchos de ellos se sacaron una fotografía, solo para poder quedar en la retina de algún desprevenido que pueda llegar a pensar que la solidaridad ha estado al alcance de esta jubilada y su familia.
Nada de eso sucedió, solo la foto, “yo ya no estaba en la casa, porque la misma no se puede habitar, pero sé que vinieron muchos a ofrecer ayuda y a sacarse una foto, pero la ayuda nunca llegó. No hubo nadie que se apiadara de nuestra situación. Yo nunca pedí que me regalaran nada, solo que me ayudaran para poder comenzar a reconstruir mí casa y volver a mi lugar. Pero nadie, absolutamente nadie lo hizo”.
En esta situación acuciante, Enríquez relató que como última instancia fue a la Legislatura Provincial a entregar una nota a cada Legislador, “llegué con mis notas y las entregué personalmente, la verdad que iba sin ningún tipo de expectativa, porque ya todos me habían cerrado la puerta, prácticamente en la cara. Sin embargo, dos horas después de haber entregado esas notas, se acercó a mi casa un representante del legislador Héctor Tapia. Con Gonzalo, pude charlar mucho, me preguntó que necesitaba y además me dijo que me quede tranquila, que había alguien que ya comenzaba a ocuparse de mí”, dijo.
Emocionada, contó que “esto ha sido un milagro, porque ya no tenía esperanzas de nada, solo terminar mis días viendo como mi casa se terminaba de derrumbar. A los días llegó a mi casa un camión con gente para sacar todos los materiales y cosas que habían quedado amontonados por el incendio. Me hicieron la limpieza de obra. Un día después llegó el legislador Tapia y la verdad es que quedé muy asombrada por la humildad y la calidad humana que tiene” afirmó Susana y relató que “Tapia me dijo que me quede tranquila, que pronto iba a poder volver a mi casa. Me trajeron todos los materiales, la mano de obra y tal vez lo más valioso, me llaman todos los días para preguntarme como estoy y yo me pregunto, que obligación de hacerlo, si a mí no me conocían, y ahí entendí definitivamente que aún hay personas muy solidarias y también generosas, como Héctor Tapia y toda su gente de la UOM, que tal vez el único día libre que tienen para disfrutar y lo usan para reconstruir mi casa. No tengo palabras para agradecer tremendo gesto”.
