Declaraciones comprometen a la única imputada

Comenzó el juicio por el crimen de Carlos Echazú

28/10/2014
L
a menor de 16 años que dice haber presenciado el homicidio del antiguo poblador y prestamista Carlos Echazú declaró ayer en el inicio del juicio oral y público y volvió a complicar la situación de la única sospechosa, la joven Micaela Paz de 25 años.
La chica de iniciales C.B. ratificó ante los jueces del Tribunal Oral de Ushuaia que acompañó a Paz hasta la vivienda de Echazú, situada en la calle Ruiz Galán al 700, en la tarde del 10 de marzo de este año.
Dijo que aguardó afuera de la casa por espacio de una hora, y que después la invitaron a pasar. Se suponía que Paz había ido para negociar un préstamo, porque necesitaba dinero para pagar un abogado que defendiera a su pareja, Matías Turra, quien se encontraba detenido por agredirla.
La menor contó que tomaron unos mates mientras el hombre escuchaba discos de vinilo y les hablaba de música, y que incluso Paz llamó desde el teléfono fijo de la casa a sus padres para que fueran a buscar a sus hijas a la escuela.
Según el testimonio, en un momento su amiga le pidió que cerrara las cortinas de una ventana, y después de hacerlo, al darse vuelta, observó a Micaela apuñalando por la espalda al prestamista.
Mencionó que quiso escaparse pero que Paz había cerrado con llave la puerta y le exigió que hiciera todo lo que le pedía. Por eso le alcanzó una almohada con la que habría terminado de asfixiar al hombre, y después la obligó a registrar la casa en busca de dinero.
La joven recordó que Paz conocía a Echazú porque se lo había presentado otra amiga, Daniela Licata, quien también le había solicitado un préstamo. Licata fue investigada por el homicidio aunque terminó sobreseída y desvinculada por completo del caso.
La menor C.B., igual que otra ex amiga de Paz que declaró también ayer, confirmó que la joven ya había anticipado el homicidio, pero en tono de broma. En una oportunidad había dicho que le iba a poner pastillas en un whisky para dormirlo, y en otro caso había dicho, directamente, que lo “iba a hacer cagar” ella misma o a través de un ex novio.
Justamente este joven, ex pareja de la imputada declaró también en el juicio y contó cómo Paz lo fue a ver a su casa, luego del homicidio, para llevarle dos bolsas que contenían, supuestamente, ropa de su ex marido preso. Le pidió que las quemara y así lo hizo. Pero en una de las bolsas había un cuchillo con mango marrón, de unos 30 centímetros de largo, que el joven vio y descartó en un descampado cerca del barrio Los Morros. Se presume que ese habría sido el arma homicida.
La menor declaró ante los jueces Alejandro Pagano Zavalía, Maximiliano García Arpón y Guillermo González, el fiscal Fernando Ballester Bidau y el defensor de Paz, Raúl Paderne, aunque por disposición del tribunal (y con anuencia de la defensa) la imputada fue retirada en ese momento de la sala de audiencias.
La estrategia defensista, atento el cúmulo de pruebas, parece dirigida a demostrar que el homicidio no se produjo en ocasión de cometer un robo, sino en atención a una discusión o entredicho que habría tenido lugar con la víctima.
Esta situación, de demostrarse, podría ayudar al menos a disminuir la pena de prisión que le toque cumplir a la acusada, en caso de resultar culpable del crimen.
Los jueces rechazaron ayer un careo solicitado por Paderne entre la menor de edad y la imputada, atento a tres contradicciones en el relato de ambas sobre lo sucedido. Pero el tribunal rechazó esa posibilidad con los argumentos de que la medida había sido solicitada de forma extemporánea, y porque en realidad las contradicciones “son muchas más que tres” y en consecuencia ello deberá ser evaluado por las partes al momento de los alegatos y por los jueces cuando emitan un veredicto.
Los magistrados citaron para ayer a las 16.30 a todas las partes a una videoconferencia a llevarse a cabo en la sede del Tribunal Oral Federal de Ushuaia, a los efectos de tomarle declaración a la testigo Licata, quien se encuentra fuera de la provincia.
A su vez, hoy a la mañana declarará el perito forense Carlos Alegre Gervasoni, a pedido del fiscal Ballester Bidau.
Con posterioridad, es posible que el tribunal fije el horario de la audiencia para la realización de los alegatos, antes de las últimas palabras de la acusada y del momento de emitir una sentencia.

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