Donde funciona la Escuela Provincial Nº 38

51 hombres pasarán las Fiestas en la Base Esperanza de la Antártida Argentina

23/12/2014
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n total de 51 hombres sin sus familias pasarán la Nochebuena y la Navidad en la Base Esperanza de la Antártida Argentina, donde funciona la primera escuela del mundo asentada en territorio antártico y rebautizada con el nombre de “Presidente Raúl Ricardo Alfonsín”.
El contingente reúne a la dotación 2014, que se encuentra apostada en el lugar desde el 28 de diciembre del año pasado, y aún no se replegó al continente, y a la dotación 2015, que llegó hace pocos días y que permanecerá hasta fines del año próximo.
“Es un momento particular porque las esposas e hijos de los hombres de la dotación saliente ya regresaron a sus lugares de origen, y los familiares de la dotación entrante recién llegarán en la segunda quincena de febrero”, explicó el Teniente Coronel Aberto Labrousse, jefe de la base antártica.
“Si las condiciones meteorológicas lo permiten, nosotros nos replegaremos el 28 de diciembre, mientras tanto convivimos con nuestros camaradas transfiriéndoles cada uno de los elementos que luego quedarán a su cargo”, detalló Labrousse.
En ese contexto, los que están a punto de irse y lo que recién arriban se preparan para compartir las fiestas navideñas sin sus familiares cercanos, en un sitio del mundo donde a pesar del verano todavía sigue nevando y donde, contra lo que podría pensarse, casi no cuentan con tiempo libre.
“Tenemos 38 edificios que requieren mantenimiento casi constante. El trabajo es permanente y se complementa con la otra gran actividad de todas las bases que es brindar apoyo a las labores científicas. En invierno las tareas disminuyen porque aquí hay tormentas con vientos de hasta 225 kilómetros por hora”, relató el jefe de la Base Esperanza.
La mesa de Nochebuena ya está organizada: será una sola dispuesta en el sector del comedor de la Base, con comida fría para que todos los integrantes el grupo puedan disfrutarla y ninguno quede abocado a su preparación y a servirla.
“Un sacerdote que nos acompaña dará un oficio religioso y lamentablemente nos han contado que Papá Noel no podrá llegar hasta este lugar”, bromeó Labrousse.
El militar contó que todo se desenvuelve en un clima “de mucho afecto y sinceridad”, muy necesario porque “en estas fechas, nuestros camaradas reemplazan a nuestra familia más cercana”.
De todos modos, los medios técnicos instalados en la Base Esperanza le permiten a la dotación estar en contacto permanente con sus parientes.
“Se hacen llamadas, videoconferencias, chats. Todas esas posibilidades nos ayudan mucho a vencer el aislamiento”, reconoció el Jefe de Base.
“Nos refugiamos mucho en el trabajo, y en la gente nueva que necesita que le contemos nuestra experiencia. Y además hacemos esto con mucho orgullo. Vinimos por propia voluntad y tratamos de disfrutar el momento haciendo lo que nos gusta”, completó Labrousse.

Escuelita de mi Base

Uno de los aspectos que distingue a la Base Esperanza es el funcionamiento de la Escuela Nº 38, dependiente del gobierno provincial de Tierra del Fuego y a cuya conducción se asigna un matrimonio de maestros por año.
El hombre llega en diciembre para habituarse a las instalaciones y preparar el material y la logística del establecimiento, mientras que la mujer arriba en febrero junto con el resto de la dotación.
La escuela que inicialmente se llamaba “Presidente Julio Argentino Roca” comenzó a funcionar el 11 de marzo de 1997, pero desde el 19 de diciembre de 2012 pasó a denominarse con el nombre del ex presidente Alfonsín.
El establecimiento educativo sufrió un incendio total de sus instalaciones el 28 de julio de 2007, cuando estaba vacío de personal y debido a inconvenientes en el sistema de calefacción, aunque en 2008 comenzó a ser reconstruido y desde el ciclo lectivo 2009 volvió a funcionar en su nuevo edificio.
“Para nosotros la escuela es uno de los rasgos identificatorios. Trabajamos mucho para sostenerla y para que se puedan cumplir todos los objetivos pedagógicos”, destacó Labrousse.
De los 51 hombres que brindarán esta noche en la Base Esperanza, una parte retornará a sus casas antes de fin de año y el resto se abocará a cumplir con la campaña que mantenga la tradición histórica de 110 años de presencia argentina ininterrumpida en el Continente Blanco.
“Vamos a brindar pensando en nuestra familia y también disfrutando de este grupo que es nuestra familia en la Antártida. También brindaremos con la tranquilidad de cerrar otro año con la misión cumplida”, aseguró el Jefe de la Base Esperanza.