La Legislatura y las elecciones

El reprochable “receso electoral”

10/06/2015
D
esde el inicio del actual año parlamentario, la Legislatura llevó adelante sólo dos sesiones y muy pocas reuniones de comisión producto ello de lo que podría denominarse el “receso electoral”.
Aún cuando 11 de los actuales 15 legisladores pretenden mantenerse en sus bancas por otros 4 años o aspiran a ocupar otro cargo electivo, ello no resulta justificativo válido para que no cumplan de manera adecuada la función para la que resultaron elegidos por el pueblo de la Provincia en 2007, que no es otra que la de “promover el bien común mediante leyes sobre todo asunto de interés general”, según los determina el artículo 105 de la Constitución fueguina.
La escasa, casi nula, actividad que registra en las últimas semana la Legislatura no puede ser atribuida a la ausencia de temas de trascendencia a ser abordados por ese Poder del Estado. A modo de ejemplo basta mencionar que está pendiente de resolución la modificación al régimen de tasas de verificación que fue declarado inconstitucional por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, lo que implica que el estado fueguino se vea privado de contar con los recursos económicos derivados del cobro de esa imposición, o que la nuestra sigue siendo la única provincia que no cuenta con una ley de aguas.
Existiendo entonces pendientes de definición cuestiones de importancia institucional y social debe entenderse que la inacción parlamentaria es producto de un acuerdo político tácito entre los integrantes de las distintas bancadas políticas para, en lugar de disponer del tiempo que deberían destinar a cumplir con la tarea propia del cargo que ejercen, utilizarlo para intentar seducir una vez más al electorado de que los voten en la elección del próximo domingo 21 de junio.
Lamentablemente esta reprochable conducta no es patrimonio de los actuales integrantes de la Legislatura, si no más bien una mala costumbre que se ha ido profundizando con el correr de los años.
Esta certeza se ve respaldada por la simple comparación del trabajo desarrollado por el parlamento durante los años electorales desde 1995 a la fecha, sin contabilizar para ello la sesión preparatoria y la inaugural de cada período legislativo.
Los primeros legisladores provinciales –que habían sido elegidos en 1991– sesionaron en 26 oportunidades durante 1995, en tanto que concretaron 9 sesiones (6 ordinarias y 3 especiales) antes de los comicios de ese año.
En 1999 la cantidad total de sesiones fue de 20, en tanto que la realizadas de manera previa a las elecciones de ese año fueron 5.
Cuatro años después, y de cara a los comicios de 2003, el Parlamento sesionó en 24 ocasiones, 5 de las cuales se efectuaron antes de la concurrencia a las urnas.
En 2007 se registró una sensible disminución en el número de sesiones legislativa, ya que durante ese año electoral los parlamentarios ocuparon sus bancas en 10 oportunidades, pero solamente 2 veces antes del comicio.
Este mismo panorama se repitió en 2011. En ese año electoral hubo también 10 sesiones durante el año, de las cuales únicamente 2 se desarrollaron de manera previa al día de la elección.
En tanto, en lo que va de este 2015 los legisladores concurrieron al recinto de sesiones 2 veces, y todo indica que no volverán a hacerlo por lo menos hasta fines de este mes de junio. Claro que también existe la posibilidad de que recién retornen a la actividad a fines del mes de julio, cuando culmine el receso legislativo de invierno.

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