Colaboración

Campañas en chiste XII

18/10/2015
P
or Alejandro Rojo Vivot
En algunos países, muchas familias siguen practicando la tradición ancestral por la cual cada miembro presenta a los demás integrantes sus respectivas promesas, que las formula con libertad pero con el compromiso de cumplirlas cabalmente; en caso contrario sentirá una enorme vergüenza pues no fue capaz de satisfacer siquiera su propia palabra.
En los procesos propios de los comicios las plataformas electorales son formalmente presentadas aunque, frecuentemente, nadie cree que los triunfadores las harán efectivas, de ahí el generalizado dicho: nada más falso que una promesa en campaña.
Por otro lado existe, con un vastísimo desarrollo, el humor popular, con gran picardía e ingenio, que no registra autoría ni casi nadie la reclama, difundiéndose de boca en boca, aplicado a personajes indistintos y que, frecuentemente, va mutando de escenarios, épocas y de algunos detalles, manteniendo siempre la esencia hilarante. Surgen por temporadas siendo reiterados hasta el hartazgo generándose una sucesión de chistes, aunque pronto desaparecen dejando el sitio a otros temas. Frecuentemente trasuntan antecedentes localistas aunque la mayoría son aplicables a cualquier ciudadano del mundo globalizado.
Sus legados son extraordinarios e inexcusables para quienes desean adentrarse en el inteligente juego de espejos que, a veces, distorsionan un poco pero que reflejan certeramente.
Algunos ejemplos, recordando el anonimato de los mismos y que variando en algo se los puede atribuir a personas totalmente opuestas, de distintas épocas y regiones:
+En un pueblito serrano, en presencia de unos pocos paisanos que ya tienen decidido por quién votará cada uno, un atildado candidato bien urbano, con palabras extraídas de un antiguo diccionario, los trata de convencer de sus virtudes, cuando es interrumpido por un estridente rebuzno por lo que pregunta de mal talante:
-¿Quién ha sido el atrevido?
-Doctor –le contestan desde el fondo- ha sido nada más que su eco.

+En un barrio empobrecido un candidato, para finalizar su discurso de campaña, levantando la voz exclama:
-Por eso me tienen que elegir. ¡Tienen que votar a alguien comprometido!
-Pero hombre, le dice alguien del raleado público, póngase de acuerdo a quien de los dos debemos votar.

+En cierta provincia, estaban a pocos días de realizar las elecciones para gobernador provincial. En la plaza principal hablaba el más popular de todos los aspirantes al puesto:
-¡Y yo les prometo que les construiré el puente!
Uno de los presentes responde:
-Pero doctor, aquí no hay río.
A lo que el aspirante responde:
-¡También se los hago!

+Jaimito se encuentra con un candidato en campaña y éste le dice:
-¿Vos sos el de los cuentos?
-No, yo soy el de los chistes, el de los cuentos es usted.

Recordemos que, siempre, en toda clase de humor el acto chistoso se genera habiendo surgido de un emisor próximo o lejano, aportando lo suyo como causa necesaria y que es el receptor, como causa suficiente, el que consuma el acto.
El humor espontáneo, el coloquial, se difunde rápidamente para luego aparentemente diluirse hasta que vuelve a surgir, quizá con algunas modificaciones.
El humor y la democracia se desarrollan en libertad.
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