Editora Cultural de Tierra del Fuego

“Soledades Tangenciales”, una novedad del teatro fueguino

21/02/2016
E
l teatro es hijo de la literatura. Esto que parece obvio para muchos no lo es, puesto que lo más común es representar obras en un escenario y escuchar los diálogos en boca de los actores, pero en el fondo es literatura. Soledades Tangenciales nos recuerda esa verdad casi en cada obra.
El nombre del libro, que reúne obras escritas en distintos años, pretende dejar en claro cuál es la columna que vertebra todas las historias: la soledad. “Todos los textos poseen como denominador común la soledad de los protagonistas, ya sea por voluntad propia, por azar, por obligación, por imposición, por circunstancialidad, o simplemente por destino”, expresó Bonafede. En algunas obras esa característica es visible, y en otras prácticamente inexistente. Sí es común a todas, en cambio, la solidez de los personajes, que se refleja en la forma de hablar de cada uno. Los prejuicios, formas de ver el mundo y las causas de su conducta quedan de manifiesto a través de la forma en que los personajes hablan.
Al ser guiones escritos, el lector se encuentra con aspectos de las obras que son disminuidos, y otros que a cambio son resaltados. En otras palabras: no se ven los actores, ni las luces ni la música; el único contacto del lector con la obra es a través de lo escrito, de las voces de los personajes. A menor cantidad de elementos, más importancia cobra cada uno. De este modo, los guiones adquieren una importancia mayor que en una representación teatral, donde también entran en juego la postura de los actores, el tono de voz, las luces, etc. Las aclaraciones del narrador, que tienen como objetivo situar al lector en tiempo y espacio, no son extraordinarias, ni siquiera necesarias: las voces de los personajes son tan contundentes que podrían contar la historia sin una sola intervención del narrador.
Si un punto a favor es la manera en que los personajes expresan su forma de pensar, el punto decisivo es la originalidad y solidez de las tramas en la mayoría de las obras, sobre todo en Aquellas Cartas. Ahí, Bonafede cuenta la historia de un matrimonio de Buenos Aires decide mudarse a Ushuaia a buscar una mejor situación económica. La trama avanza con cartas que se cruzan entre madre e hija, esposo y esposa, padre e hija, y de a poco se va dimensionado un cuerpo argumental sólido e interesante. Sin duda, Aquellas Cartas es de lo mejor que ofrece Bonafede en esta selección. Otras obras notables son Punta Páramo y el monólogo Banderita Mía.
Por último, es preciso mencionar que la Editora Cultural de la Provincia decidió incluir en Soledades Tangenciales un extenso estudio crítico sobre la obra general de Bonafede, a cargo de Graciela González de Díaz Araujo. Consiste en una biografía y extensa glosa sobre las obras, publicaciones y presentaciones de Bonafede a lo largo de toda su vida. También hay una entrevista al autor y, para finalizar, un estudio académico sobre los espacios referenciales y aspectos que sólo pueden interesar a un estudiante de Letras o de Comunicación. Lo importante, en Soledades Tangenciales, son las obras.

Eduardo Bonafede

Rosarino de nacimiento, se radicó en Ushuaia en 1983. Es arquitecto, dramaturgo, director teatral, actor y docente. Sus obras han recibido diversos reconocimientos a nivel provincial, regional, nacional e internacional. Algunos de sus textos han sido traducidos al francés y al inglés.