n el parte de este día, un empleado del Correo Argentino reproduce un diálogo que sostuvo con un soldado en Puerto Argentino, cuando el clima inclemente de las Malvinas se desataba con “vientos rachados de más de 100 km/hora, llovizna, muy frío, escasa visibilidad:
“C”-Soldado “R.R.C.”, usted está trabajando desde las 9.00 y no fue a almorzar. Le voy a traer algo de comida.
Soldado: -Gracias señor.
“C”-Bien, Soldado finalizamos el trabajo del día, deme la cinta perforadora y los telegramas que restan emitir.
Soldado: -Sírvase señor.
“C”-Mi hijo, afuera está una noche espantosa, voy a solicitar a sus superiores que lo dejen descansar aquí, tenemos una habitación de filatelia con calefacción.
Soldado:- Gracias señor, pero deje nomás yo estoy bien, además esa sopa y los chocolates que me hizo traer me dejaron como nuevo.
“C”-Insisto, no hay problemas.
Soldado:-Vea señor, si yo no voy, mi compañero va a quedar solo en la posición toda la noche, un pozo de zorro humedecido al lado del mar, sin ningún tipo de protección. Se va a hacer muy difícil pasar la noche si no lo acompaño.
“C”-¿Por qué?
Soldado:- Dicen que en noches así pueden intentar un ataque los comandos. Si somos dos, tenemos más probabilidades.
“C”-Venga, m´hijo, permítame el honor de abrazar en usted a la juventud de nuestra patria.
Soldado: -Gracias señor, hasta mañana.
“C”-Hasta mañana soldado.
Y se retiró este heroico joven de 18 años de edad, el soldado “R.R.C.”, a acompañar a su camarada en una noche más que fría, ventosa, lluviosa, lóbrega. Así sucedió” (Arnulfo Basanta. El Correo Argentino en Patagonia).
El Correo Argentino fue el único organismo estatal nacional civil que se instaló en las Malvinas desde las primeras horas de la recuperación de las islas. “Destacándose en la noble misión de facilitar las comunicaciones postales, técnicas y radiales, sirviendo como nexo invalorable entre el continente y las islas, inmerso en precarias condiciones de labor y continuo riesgo de vida. Allí estuvieron desde el comienzo hasta la rendición, haciendo funcionar el Correo en Puerto Argentino, tres anónimos veteranos del ámbito Correo: el cordobés “C”, el santafecino “R” y el bonaerense “CH”, decididos y valientes personajes que clasificando cartas y mensajes soportaron el constante estruendo de la artillería y el doloroso tránsito de combatientes mal heridos”.
