n la edición de este día de la revista “Spotlight”, con el título de “Los descubrimientos de petróleo y gas de la costa argentina pueden desatar un conflicto internacional”, un artículo analiza la situación geopolítica que podría derivarse a partir de haberse constatado la existencia de reservas importantes de hidrocarburos en el Atlántico Sur.
En su primer párrafo, sostenía: “Los vastos recursos naturales fuera de las costas de las islas Malvinas en Sudamérica pueden despertar una nueva confrontación entre las superpotencias mundiales. Estos recursos se están volviendo los peones de un juego de ajedrez entre los soviéticos, los intereses de Rockefeller y la Argentina. Los Estados Unidos están tomando parte en contra de los británicos, que tienen la posesión de las islas y no desean liquidar su última posesión importante de ultramar” (De un discurso del diputado Martín Torres, citado por Adrián. G. de Antueno Berisso en Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur).
Torres informó en su discurso que el artículo había sido reproducido por el periódico “El Fueguino” (31/12/1981) y aclaró que la publicación original respondía a un sector del partido Republicano que se oponía al presidente Ronald Reagan y al empresario David Rockefeller.
La argumentación sostenida por el diputado fueguino, el 26 de septiembre de 1986, apuntaba a la necesidad de concretar el proceso de provincialización de Tierra del Fuego, incorporando dentro de su jurisdicción a las Malvinas y demás islas del Atlántico Sur, como forma de afirmación de la soberanía argentina en ese estratégico espacio marítimo.
El artículo también tuvo su importancia como antecedente histórico. Poco después de su publicación, el gobierno dictatorial de Leopoldo Fortunato Galtieri adoptó la decisión de ocupar las islas Malvinas, el 2 de abril de 1982, y originó el trágico enfrentamiento bélico del Atlántico Sur. Tal vez, estas posturas de algunos sectores políticos norteamericanos fueron tomadas en cuenta por los militares, para ilusionarse con la posibilidad que Washington apoyara la decisión de enfrentar al Reino Unido.
Esas esperanzas se diluyeron rápidamente y, una vez desencadenado el conflicto, la potencia del norte no tuvo dudas sobre el bando al que apoyaría. La apuesta de Galtieri debió pagarla la sociedad argentina con centenares de víctimas y cuantiosas pérdida de recursos.
