n informe elevado, en estos días, a las autoridades nacionales por el gobernador del Territorio Nacional de Tierra del Fuego, teniente coronel Pedro Godoy, “sintetiza muy bien los hechos reales, y permite deducir rápidamente por qué los gobernantes, no llegaban a concretar casi ningún proyecto que idearan” (Martha Celia Belfiori. Revista Karukinká N° 19 y 20).
Godoy sostiene, según lo publicado por la revista del Instituto Geográfico Argentino (de 1893, número XIV): “Las riquezas son hoy del primero que teniendo un barco quiere aprovecharlas, la mayoría de su escaso comercio está… en manos de contrabandistas, que ejercen el monopolio más escandaloso, y la busca del oro se hace en proporciones enormes sin provecho ninguno para el erario y para la localidad”.
En otro párrafo, desarrolla algunas de las deficiencias del aparato estatal: “Cúmpleme informarle al Señor Ministro, que en materia de administración no existe sino la Ley de Presupuesto; sin embargo su abandono no es solamente hijo de las autoridades nacionales, sino también de los poderes generales que no se han preocupado de hacer sentir en él la acción civilizadora de la República”.
Y añade su visión optimista sobre las posibilidades de Tierra del Fuego: “Aquellas regiones desbordantes de riquezas, con un clima más templado que la parte sur del continente, con campos feraces…, carecen hasta de las leyes más indispensables para asegurar su posesión al Estado”.
El artículo citado describe “las dificultades de abastecimiento para la sobrevivencia, hasta la gran soledad y desamparo provocados por la distancia y el aislamiento, todo constituyen variables que hacen presumir una fortaleza de espíritu y enormes posibilidades de evidenciar los límites de la entereza humana”.
A estas cuestiones, se suman: “Una amalgama de nacionalidades con puntales ingleses, irlandeses, rusos y unos pocos criollos, se dirigieron al rumbo sur para poblar aquellas regiones. Enfocado el aspecto desde la óptica del inmigrante europeo que llegaba a esas tierras, resultaba obvio comprobar que los más seleccionaron zonas muy diversas para su afincamiento, siendo prácticamente excepcionales los que resolvieron, según las facilidades y condiciones ofrecidas por la Ley de Inmigración y Colonización, tomar el camino hacia el confín sur del Territorio” (op.cit.).
