ste día, se difunde la denuncia formulada por un ex comisario acusando a las autoridades penitenciarias de haber permitido “la venta de animales vacunos” del encarcelado estanciero Pío Quinto Vargas, detenido por el secuestro y crimen del ganadero Lucio Ramos Otero. La operación se realizó “al precio de 9 pesos, animales que fueron revendidos en el acto a 23 pesos”. El procurador también hizo transacciones con el procesado, “en cuyas operaciones ha sido” beneficiado el director de la cárcel (Ernesto Maggiori. Voces de un pasado reciente).
La indignación popular se extendió por Chubut contra “el inescrupuloso” gobernador y “un grupo de vecinos de Gaiman y de otras localidades” hicieron circular un petitorio dirigido al presidente de la Nación, para evitar que sea renovado el mandato de Antonio Lamarque.
Las protestas habían comenzado un año antes, cuando, en la conmemoración del 12 de octubre, los vecinos se escandalizaron al ver ingresar a Lamarque “acompañado de su concubina”, razón por la cual gran parte del público presente se sintió ofendido y se retiró, “ocasionando así el fracaso de la reunión” (Mattew Henry Jones. Trelew. Un desafío patagónico).
Lamarque había ejercido el mismo cargo en el Territorio de Santa Cruz y llegó a Chubut acompañado por su concubina, “una mujer que había ejercido la prostitución, a la que quiso por todos los medios, sin lograrlo, introducir en los ambientes sociales” de Chubut.
Además de este hecho, escandaloso para la época, el mandatario incurría a menudo en medidas autoritarias. “La última de sus “hazañas” había sido, acompañado por un cuerpo de gendarmería, la de azotar al Director de una Escuela, en presencia de todo el alumnado”.
Su nombramiento fue aprobado por la Dirección de Territorios, organismo calificado de “Maffia de Gobernadores” por los referentes sociales chubutenses. Su gestión fue considerada como una de las más nefastas “que ha tenido que soportar la población de Chubut, durante el cual y siempre amparado por la autoridad, se efectuaron robos de hacienda, cambios de dueños en los campos, secuestros y hasta muertes”.
El petitorio logró muchas adhesiones y fue enviado al presidente de la Nación, quien dio por terminado el mandato de Lamarque en 1917 y decretó la intervención federal del distrito, dejándolo a cargo de Julio Ruiz Moreno.
