Culmina ceremonia del Hain con la participación de Gusinde
El 10 de julio de 1923

Culmina ceremonia del Hain con la participación de Gusinde

10/07/2018
A

l mediodía de este día, culmina la ceremonia del Hain, que había contado con la participación del etnólogo alemán Martín Gusinde. El ritual de clausura fue “la salida informal y compacta de todos los hombres de la Choza Grande” (Martín Gusinde. Los indios de Tierra del Fuego. Tomo III Los Selk´nam).
“Sentía una indescriptible satisfacción por la circunstancia de ser el primer europeo que hubiera podido asistir en calidad de participante auténtico a esta celebración secreta que nuestros selk´nam habían guardado durante muchos siglos como su secreto más importante (…) una meta importante de mis investigaciones había sido lograda: esta celebración secreta de los hombres había quedado accesible al conocimiento científico”, escribió Gusinde al rememorar su participación, probablemente, en la última ceremonia del Hain.
Al relatar los momentos culminantes, el germano pudo percibir un estado de alegría generalizada: “todos se han divertido abundantemente. En no pocas ocasiones corren entusiastas palabras de boca en boca: “Esta vez (todo) fue muy lindo, ¡tenemos que reunirnos pronto otra vez!... Una fiesta tan divertida no se ha visto nunca, ¡lástima que ya nos separemos!” Entretanto se dispersa el carbón de leña y se apaga el fuego. Los hombres están de pie, formando pequeños grupos. Ordenan un poco su ropa y el inspector sonríe amablemente a todos. Al cabo de un rato, salen todos juntos de la Choza Grande. Delante de ella, y ya en la pradera abierta, forman una línea recta extensa, y así se acercan al campamento con paso lento. Todos muestran un semblante alegre”.
Con ellos se encuentran también los iniciados, que al finalizar la ceremonia se convirtieron en adultos. Ya no lucen pinturas en la piel ni en el rostro y se mimetizan, aunque reflejando ciertas indecisiones, con los hombres allí reunidos.
“En el borde de la pradera, cerca de las viviendas, se han ubicado entretanto las mujeres y niños. Se ven conmovidas por la alegría y expectativa y observan con impaciencia la aproximación del grupo de los hombres”.
Las madres y los jóvenes se reencuentran, y el resto respeta ese momento. Las madres les ofrecen golosinas y los consuelan ante el visible cansancio de los kloketen.
Poco a poco, las familias van desarmando las carpas y empacando. Sin muestras de despedida se fueron marchando hacia sus territorios. No sabían que, tal vez, era el último Hain.

Autor : Beernardo Veksler
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